QUÉ O QUIEN SOBRA EN EL GOBIERNO

Se pregunta hoy el periodista Fernando Jáuregui en su columna habitual en distintos medios de la prensa española, si sobrarán ministerios. Comenta que más de uno se pregunta si verdaderamente son imprescindibles tantos ministros, consejeros, asesores, directores generales...

Fue Carod Rovira el primero que pidió la supresión de cuatro ministerios por considerarlos innecesarios en el Gobierno central. Ahora son los nacionalistas catalanes y vascos, junto con el PP, los que piden la eliminación del Ministerio de Vivienda, pero es de esperar que el PP exija una mayor reordenación del Ejecutivo.

No sé yo si sobrarán ministerios, pero lo que sí tengo claro es que sobran algunos ministros. Y sobran por dos razones a elegir: por incompetentes o por calzonazos.

Desconozco quien tiene, en este Gobierno, las competencias de marcar las políticas a seguir y las medidas a tomar. Está claro que hay un presidente del Gobierno, y dos vicepresidencias (no sé cual de los dos manda más) y luego, los ministros de cada ramo que también tendrán, o deberían tener, sus competencias bien señaladas.

Pues no es así, por lo qué se ve y por lo que se adivina. El presidente no sé que tanto manda pues el “vice” Solbes le ha corregido ayer al minimizar el impacto en España de la quiebra exterior, y no es la primera vez que lo ha hecho y tendrá, sin duda, que volver a hacerlo con un jefe bastante más verde en economía que el propio titular de la cartera económica.

No es este el único problema del ministro de Economía y Hacienda, pues el jefe le ha colocado a su lado al colega de Industria, Miguel Sebastián, con el que no se entiende, con el que gasta muchas energías en discutir y tratar de que no le invada parcelas de su competencia, y qué ha llegado a convertirse para él en una auténtica pesadilla.

Pero no acaba aquí el problema. La otra “vice”, María Teresa Fernández de la Vega, es una auténtica reñidora y corrige sin ambages a los ministros de distintos ramos. No es nuevo en la señora vicepresidenta pues ya en legislatura anterior se las vio con el entonces ministro de Industria, Joan Clos, a quien desautorizó cuando éste, en 2006, anunció una subida de la factura de la luz superior al IPC tal como había prometido a las eléctricas.

La aparente austeridad del propio Solbes, topó más de una vez con las propuestas “estrella” del Gobierno, como el “cheque bebé”, causa por la que fue reprendido públicamente por De la Vega.
Otra ministra de no sé qué, que se llama Bibiana Aído, criticó que los hombres musulmanes pudieran vestir al estilo occidental mientras las mujeres tenían que ir tapadas. De la Vega, sin embargo, aseguró que el Gobierno respetaba el velo, desautorizando así la opinión de la ministra.

A Celestino Corbacho, titular de Trabajo, se le ocurrió decir que España no tramitaría en 2009 más contratos de trabajo a inmigrantes en su país de origen, pero De la Vega dijo que habría toda la contratación que hiciese falta. Corbacho a callar.

Con el de Justicia, Mariano Bermejo, (me le encontré comiendo a mediados de agosto en Caviedes, Cantabria, en casa Cofiño. ¡Como se enteran enseguida de donde se come bien!) pues que les voy a contar. Cuestionó el nuevo Consejo General del Poder Judicial y expresó su intención de darle una vuelta profunda. La vicepresidenta le calló la boca mostrando su apoyo al CGPJ.

Todos estos miembros y miembras del gabinete, deberían irse a casa por incompetentes, tal como les ha mostrado que son, la vicepresidenta Fernández de la Vega. De no hacerlo por esa razón, deberían preguntarse para qué ostentan un ministerio si su labor está limitada a los criterios de la vicepresidenta.

De no hacer eso, les queda la segunda oportunidad: irse por calzonazos, porque para lo que pintan en el Gobierno…

Sí, ministros sobran. Ministerios no lo sé, pero es posible que también. El presidente Zapatero debería considerarlo y hacer algo al respecto. España se ahorraría mucho, en dinero y en vergüenzas.

A parte de si sobran o no ministerios, también es lógico preguntarse, a tenor de lo que estamos viendo a diario: ¿Quién manda aquí?

Claro. No me extraña. Si el Gobierno funciona así ¿cómo va a marchar el país?