lunes, 29 de agosto de 2011

MANOLETE. 64 AÑOS DESPUÉS.



Hoy se cumplen 64 años de la muerte de un torero. Un torero que forma parte de la "leyenda" de España. Un torero que ha marcado señas de identidad y que ha escrito páginas insuperables de nuestras gestas en los ruedos. Otros las escribieron en los campos de batalla, en las páginas de los libros, en las canchas del deporte, en el mar y en continentes ignotos. Manolete las escribió sobre la arena de las plazas de toros. En su propia casa.

Fue un 28 de agosto de 1947. Yo aún no había nacido y, posiblemente, ni era un proyecto de realidad. Pero llegué a tiempo de reconocer y admirar a un fenómeno de la tauromaquia. Aún tuve mucho tiempo de oír y de leer muchas cosas sobre Manolete. Porque Manolete quedó en las páginas de la historia de España, por derecho propio, máxime en aquella España que a mí me tocó vivir, necesitada de héroes, de prohombres y de mitos.

Linares (Jaén). 28 de agosto de 1947. Cartelones en las paredes anunciaban la corrida. Tres fenómenos de los ruedos: Luis Miguel, Manolete y Gitanillo de Triana. A Manolete le corresponde Islero, y Manolete sale a su encuentro con cara tristona, seria y despreocupada. Cara de "palo" que diríamos hoy. Manolete dominaba la posguerra en el toreo, de la misma manera que la preguerra la había capitalizado Domingo Ortega, el que más corridas tenía en su haber en una sola temporada.

Manolete recibe a Islero. Los supuestamente entendidos de "toros" reprochaban a Manolete su "toreo de perfil", que evitaba el pase de pecho. "Para torear hay que enfrentarse al toro". "Enfrentarse no es ir de costado".

La cara de hueso de Manolete, se tuerce en un gesto de dolor. Islero le ha atrapado y aquella cara del diestro adquiere ese color, precisamente de hueso. La plaza de Linares enmudece mientras trasladan al diestro a la enfermería. ¿Qué pasó allí..? Pues alguien lo sabrá, o lo sabría. Allí fallecía Manolete agarrado de la mano de su madre, doña Agustias. Ni ella, ni Álavaro Domecq Díez, permitieron que Lupe Sino, su pareja, entrase allí para cumplir la última voluntad del diestro: casarse con ella.

Manolete entraba en la leyenda de esta España profunda y siniestra. Junto a él entraba un toro. Un miura llamado Islero que acabó con algo que España necesitaba para ir levantándose de sus penumbras y de sus tristezas, porque España siempre vivió de héroes soñados y de mitos vivos.

En el cementerio de NUESTRA SEÑORA DE LA SALUD de Córdoba, hay un mausoleo, sencillo, que guarda los restos de Manolete. Yo tuve la ocasión de visitarle y me impresionó. No sé ni por qué, pues mi afición a los toros es limitada; pero algo me atraía. Manolete es parte de España, de mi España, como el Cid y como tantos héroes que han forjado su historia. 64 años no son muchos como para olvidar a un torero que aún sigue en los cartelones de nuestro recuerdo.

José Alameda, nos dejó unos bonitos versos.

“Estás tan fijo ya, tan alejado,
que la mano del Greco no podría
dar más profundidad, más lejanía
a tu sombra de mártir expoliado.

Te veo ante tu Dios, el toro al lado,
en un ruedo sin límites, sin día,
……
Fiel a ti mismo, de perfil te veo,
como ya te verás eternamente,
Esqueleto inmutable del toreo".

jueves, 25 de agosto de 2011

"EL ROBLÓN DE SAN LÁZARO"

Ayer aparecía derribado el "Roblón de San Lázaro". Un viejo roble, casi bicentenario, situado al margen de la carretera que une San Roque del Acebal con Andrín. Muy cerca están las obras de los treinta kilómetros de la "vergüenza", el famos tramo (tan famoso como aquel gol que Cardeñosa nunca llegó a meter) inacabado y tantas veces utilizado políticamente por los gobiernos socialistas que lo han hecho bandera de sus campañas electorales.

¿Que ha pasado con el "Roblón"? El diario La Nueva España comenta hoy que ha sido talado. El teniente de alcalde de Llanes, José Balmori, asegura que su caída se debe a causas naturales. ¿A quien creemos? Lo cierto es que ya no hay "Roblón", un árbol que estaba recogido en el inventario de los más importantes del concejo de Llanes. El árbol cayó a tierra sobre las 11,30 de la noche, según aseguran algunos vecinos de las inmediaciones. ¿Por qué estas cosas siempre revisten "nocturnidad"? Son simples preguntas que uno no puede evitar hacerse. No trato yo de convertirme en un ecologista "coñazo", pero es que hay cosas que, cuando menos, extrañan y nunca se van a aclarar.

No es la primera vez, ni será la última, (no quiero decir que éste sea el caso) que la maquinaria pesada utilizada en las obras públicas, actúa como verdaderos tanques de guerra, arrasando lo que encuentran a su paso. El progreso no debe acabar nunca con el presente, ni mucho menos con el pasado, aunque éste deba sufrir modificaciones inevitables. Pero estas modificaciones deben ser las mínimas.

Un ingeniero que se precie debe saber conjugar esos espacios y ser escrupulosamente respetuoso con lo que la naturaleza nos ha ofrecido y con lo que el hombre ha venido construyendo en siglos pasados. Aquí no cabe lo de "borrón y cuenta nueva" sin embargo, ejemplos tenemos que nos llevan a la sospecha y al recelo.

El 18 de mayo de1997, Alfonso Ussía publicaba un precios artículo en ABC que titulaba "Árboles". "Cada árbol es un símbolo, escribia. El tilo es la tolerancia, el roble la fuerza, el haya la compañía, la encina la resistencia, el álamo la flexibilidad, la palmera la gracia..."

Hay árboles que hemos plantado, que han crecido al ritmo de nuestros hijos. Nos iremos nosotros, se irán nuestros hijos, pero esos árboles permanecerán mucho más tiempo; hasta que la madre naturaleza quiera ó hasta que un hacha sin escrúpulos los asesine.

miércoles, 24 de agosto de 2011

LAS CASTAÑAS

Lo siento. Ya lo comentaba hace unos días en "facebook": hoy es 24 de agosto (San Bartolomé) y el día está cerrado en nubes y han caído algunas gotas de agua. Lo siento pero se perderá la cosecha de castañas.

No hace muchos días hablaba yo con un amigo de más de ochenta años. Ese día, al menos durante unas horas, lució el sol y la temperatura era muy agradable. Yo le comenté que, para nuestra tierra, teníamos un día esplédido y que esperaba que no fuera para engañarnos. Pues no sé, me contestó, lo peor será que llueva el día 24 y se pierdan las castañas. Yo bien creí que hablaba de broma pero insistió:

-Ya sabes que si llueve el día 24 de agosto (San Bartolomé) ó se quedan las nubes pegadas al monte, se pierde la cosecha de castañas.
-Y ¿por qué el día 24 precisamente? le pregunté.
-Pues no me digas pero es así de toda la vida, y yo te puedo dar fe de que es cierto.

Yo nunca he despreciado el saber popular de la gente mayor. Siempre se ha dicho que "sabe más el zorro por viejo que por zorro", y a mi de eso no me cabe ninguna duda. Es más, siempre me ha gustado escuchar a estas gentes con respeto y con paciencia. De ellos he aprendido muchas cosas y quiero seguir aprendiéndolas, por eso seguiré escuchándoles.

La metereología se ha convertido hoy en una ciencia, no exacta (ni mucho menos), pero es una ciencia admitida. Sin embargo desprecia este saber popular que siempre se debe tener muy presente, aunque se complemente con nuevos métodos e instrumentos que ayuden a más precisas predicciones.

El hombre, desde que es hombre, siempre ha mirado al cielo y a la naturaleza y millones de años de experiencia no se pueden echar en saco roto porque, además, escasas veces falla.

Los marineros (me refiero a los pescadores de nuestra tierra), pueden estar muy pendientes de los partes meteorológicos y de las informaciones que les pueden llegar a través de sus instrumentos de navegación, pero con sólo una simple mirada al mar, ó al cielo, saben si deben volver a tierra de inmediato ó seguir faenando. No necesitan tablas de mareas porque saben a que hora sube y baja y calculan, por experiencia, su magnitud.

Yo sé que España no es, exclusivamente, mi tierra del norte pero recuerdo, hace pocos meses, las prediciones por las televisiones anunciándonos uno de los veranos más secos y caluros de los últimos años. No acertaron ni por aproximación. Por eso, este otoño, voy a estar muy pendiente de las castañas. De momento, San Bartolomé nos la ha jugado. Seguro que era un santo muy austero y no le gustaban las castañas.

martes, 23 de agosto de 2011

DECÍAMOS AYER......





Después de muchos meses de ausencia y de abandono, me he decidido hoy a retomar mi blog "Desde la playa de Toró". Algo que empecé con mucha ilusión, me fue superando y, en un momento dado, llegó a convencerme de que no estaba a la altura de las circunstancias. Otros factores que no vienen al caso, también influyeron.

Eran, en estos últimos tiempos, otros foros, otras "redes sociales" los que me entretenían más, debido sin duda, a la mayor fluídez en la comunicación entre amigos e internautas.


Me daba pena, incluso, asomarme a las páginas del blog y pasaba días sin abrirlas. Sin embargo, he visto con gratitud que, a pesar de la inactividad, más de una veintena de gentes me visitaban a diario.

A partir de hoy, si mis ideas y mi humor me lo permiten, trataré de estar con asiduidad en esas páginas para, a través de ellas, opinar y transmitir cosas.

Gracias a todos y espero que su generosidad me siga animando a estar en la brecha.


LA PAPISA JUANA




La visita del Papa Benedicto XVI a España para la "JMJ", me dio pié para repasar algún lbro sobre la historia del Pontificado y me tropecé con aquella leyenda de la papisa Juana que es en verdad curiosa, por inverosimil y porque, muy posiblemente, no sea cierta y tenga un componente legendario como así lo viene sosteniendo la Iglesia.

El caso es que en el siglo IX, según estas leyendas, se les coló a los cardenales una muejer en la sede de Pedro. Su pontificado habría durado poco más de dos años, pero el hecho, insólito, dio lugar a algunas modificaciones en la elección del Pontífice y a la adopción de determinadas medidas de "seguridad", a fin de que hechos semejantes no volviesen a producirse.

Mientras ostentaba la tiara de Pedro, sufrió la ciudad de Roma una plaga de langostas que mermaron sus cosechas y dejó inumerebles muertes entre la población, debido a las intoxicaciones producidas por los millones de insectos muertos. El pueblo clama la presencia del Papa, que desde hace meses no ha sido visto por ningún sitio, para contrarrestar con sus oraciones los tremendos daños que están sufriendo.

Al fin el Papa sale a las calles de Roma. La procesión parte de la plaza de San Pedro en dirección a Letrán, pero a mitad del trayecto ocurre algo sorprendente: El Papa, que resultó ser una mujer, da a luz en plena calle a un niño. La multitud enfurecida, achaca a este horrible pecado la causa de todos sus males, y madre e hijo son apedreados hasta la muerte frente a los muros de Roma.

Algunos cronistas de la época sostienen que la supuesta papisa era natural de Mainz, Alemania, mientras otros afirman que era inglesa y que ya había estudiado en Atenas disfrazada de hombre, y que gracias a su erudición fue ascendiendo hasta llegar a las más altas instancias de la Iglesia Católica para convertirse, en el año 855, tras la muerte de León IV, en el Papa Juan VIII.

Como digo, la Iglesia sostiene que todo esto es producto de la leyenda y que nunca existió la tal papisa. Sin embargo existen detalles (no sé si ésto también será producto de la leyenda) que te hace sospechar que algo hubo. Puede que haya explicaciones lógicas al respecto pero sino ¿que objeto tenía la existencia de aquella silla de marmol, impuesta después del escándalo de la papisa, y que se utilizaba en las ceremonias de apertura de un nuevo pontifcado? En el centro de esta silla se había dispuesto un agujero circular a través del cual los cardenales debían verificar los atributos masculinos del nuevo candidato. ¡Nunca más debía repetirse un caso como el la papisa Juana!