viernes, 28 de noviembre de 2008

BOMBAY, TERRORISMO DE NUEVO CUÑO

Lo que no cabe ya ninguna duda es que el mundo está asistiendo a una nueva guerra de proporciones mucho mayores y mucho más terroríficas que las dos últimas, llamadas mundiales.

Se trata de una guerra que no ha tenido declaración oficial y que no tiene señalados frentes ni se desarrolla en las trincheras. Tampoco están definidos los países que atacan, ni los que se defienden pues a penas se sabe de donde vienen los tiros ni contra quien van a estar dirigidos mañana. Una guerra donde no existen vanguardias ni retaguardias y donde no se hace distinción entre objetivos militares o civiles. Es, en definitiva, un nuevo concepto de la guerra donde las poderosas armas que los ejércitos del mundo almacenan en sus arsenales, de poco sirven. Esta es una guerra que tiene que ganarse por inteligencia y, como mucho, con el Kalashnikov, es decir, una guerra muy poco propicia para los EEUU de América.

El enemigo a derrotar es también poderoso, aunque inconcreto y, según se constata, procede del mundo islámico radical que supone una gran amenaza para Occidente. Ciudades europeas como Madrid o Londres, ya han sentido en su propio suelo sus sangrientos zarpazos, y la mayor ofensa jamás sufrida por los EEUU en su propio territorio, también vino de la mano de estos grupos terroristas cuando el 11 de septiembre de 2001, dos aviones suicidas se incrustaron sobre las Torres Gemelas de Nueva York.

Es La Yihad Islámica, que se nutre de variedad de grupos terroristas sin ninguna centralización operativa ni cabeza visible. En los últimos años, y tras la invasión soviética de Afganistán, parece, más por su potencial que por otras razones, que es Al Qaeda, bajo el mando de Usama bin Laden, quien pueda ejercer un cierto liderazgo entre este mosaico de grupos, pero nada se concreta. El enemigo no tiene referencias bien definidas. Se sabe como es, pero no quien es. Esa es la mayor ventaja del terrorismo, que no se sabe contra quien luchas

Pocos países occidentales están hoy libres de la amenaza del terrorismo internacional islámico, lo que les obliga a constantes estados de alerta ante cualquier ataque imprevisto de estos grupos que cada vez tienen más capacidad de destrucción y de crear terror y dolor.

Los atentados de estos últimos días en Bombay, nos revelan que el terrorismo internacional islámico adopta nuevos estilos, y que nos encontramos ante una peligrosa evolución de la capacidad de acción de los terroristas.

El ataque sufrido por Bombay deja al descubierto a unos grupos bien organizados y equipados y con una logística eficaz propia de cualquier ejército organizado. La operación estaba bien preparada y coordinada. El modo en que se desarrollaron los atentados con ataques simultáneos contra dos hoteles, un cine, un restaurante, un hospital, una estación de ferrocarril, un parque de bomberos y otros locales concurridos e indefensos, es buena muestra de ello.

Occidente tiene que ser consciente de este peligro y estar preparado para este nuevo concepto de la guerra. Las pretensiones del Islám son conocidas, aunque sea imprevisible su estrategia militar.

Aquí no valen portaaviones, ni sofisticados carros de combate, ni aviones de últimísima generación. El secreto de la victoria está en la unión de los países libres y amenazados, y en la inteligencia. Hay que descubrir donde van a dar, y dar primero.

Ante esto, ningún país se puede inhibir ni negar su ayuda. Es responsabilidad de todos la derrota de este nuevo nazismo, o comunismo –me da los mismo- que quieren imponer, como nuevas doctrinas políticas, su arcaica teología religiosa. España, uno de los países más directamente amenazados, no debe ni puede escatimar apoyos en este empeño. Si hay que estar en Afganistán, se está. Si hay que ir a la India, se va. Y ese mismo deber tienen el resto de países.

A cualquier parte que se vaya a combatir el terrorismo internacional, no se va a luchar por otros, aunque esa misión sea digna. Se va a luchar por la libertad de nuestro propio país. Por una libertad que en Occidente se valora por encima de cualquier otra causa, pensamiento o religión.

El mundo occidental se debate hoy entre crisis económicas, ideologías de medio pelo e intereses comerciales. Pero todo eso puede llegar a no significar nada si se permite el avance del yihadismo.

Europa, que nunca estuvo subyugada a influencias externas, que marcó el devenir del mundo, que supo sacudirse yugos y que exportó su civilización a medio mundo, no puede estar hoy amedrentada por unos fanáticos irresponsables y anclados en tiempos medievales.

Pero para eso se necesita la concurrencia de todos los países. Se necesita su fe y su empeño en las libertades. Se necesita voluntad y creer en la victoria. Se necesita, en definitiva, dejar un poco de lo nuestro y pensar en el mundo.

Tras la segunda Guerra Mundial, las potencias ganadoras crearon organismos internacionales que agruparon al mundo libre aportando ideas y principios para que un horror semejante no volviese a ocurrir en el planeta.

Se ha bajado la guardia y ya estamos inmersos en otra guerra, atípica, pero ajustada a los tiempos. Esto sólo puede solucionarlo la unión de las naciones libres. La unión de las naciones que creen en la libertad y en la democracia. Pero para ello hay que hacer un esfuerzo. Ese esfuerzo sólo tiene un nombre: Unión. Sin unión, esta guerra se perderá, y con ello, la humanidad podría entrar en una dinámica que sólo podría desembocar en su destrucción.

jueves, 27 de noviembre de 2008

CRISIS ECONÓMICA Y AUTONOMÍAS

Para salir de una crisis económica, sea del nivel que sea, hay dos principios fundamentales: O se produce más y, consecuentemente, se ingresa más, o se gasta menos.

Después están las ayudas externas y otra serie de medidas complementarias que fortalecen las primeras, y los controles rigurosos que impiden que no se escape un euro, ni se malgaste, salvo en lo estrictamente necesario, y a esperar mejores tiempos con el cinturón bien ajustado.

En España creo que la mayoría somos conscientes de que estamos sufriendo, al menos, dos crisis: la económica y la financiera. La crisis económica es la que más nos afecta a los ciudadanos y, por supuesto, la que más nos preocupa. La financiera, aunque no nos deja indiferentes ni mucho menos, no afecta tan directamente a nuestras economías domésticas pero, entre otras cosas, nos impide el acceso al crédito en condiciones no excesivamente gravosas, y demora o cancela nuestros proyectos familiares o de empresa.

Quien hoy tiene el encargo popular, y por tanto la responsabilidad de hacer frente a la solución de este grave problema, es el Gobierno de turno. El Gobierno es el encargado de tomar las medidas que nos vengan a sacar del bache y nos lleven de nuevo a caminos más ligeros y soportables de transitar. Para ello debe poner en práctica, pero sin demora, este tipo de medidas, con rigor, conciencia y justicia.

Al igual que un cabeza de familia, debe dar ejemplo de austeridad y repartir equitativamente los recursos entre todos los miembros del clan, debe poner freno a recientes despilfarros de dinero público y cuidarse mucho a la hora de repartir el presupuesto entre las distintas comunidades autónomas que conforman el Estado.

El gobierno central de un estado, tiene que tener recursos de poder para cortar los abusos en el gasto público que algunas comunidades están realizando y, si no tiene esos recursos es que las cosas se han hecho, no mal, horrorosamente mal. Los gobiernos de taifas de las autonomías deberían estar supeditados a las políticas económicas del gobierno central, máxime en épocas como la actual en la que se necesita de la concurrencia de todos en el empeño de superar la tremenda crisis que sufrimos, y unas grandes dosis de solidaridad nacional.

Hoy por hoy, la gran sangría de España en lo económico, y en otros aspectos, viene marcada por el despilfarro autonómico. Como ejemplo, La Gerneralitat de Cataluña se gastará 334 millones de euros en informes externos el próximo año.

De éstos, un total de 164 millones se dedicarán a informes sobre obra pública y de infraestructuras hidráulicas, que pueden resultar justificables, pero los 170 restantes se destinarán a informes en general, algo que es un sangrante despilfarro en época de crisis.

El señor Carod Rovira, que dirige la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo, dependiente de la Vicepresidencia de la Generalitat, no tiene empacho en sacudirse en una fiesta para promocionar las actividades de la Agencia, 272.000 euros de una tacada. Eso no es de políticos serios. Eso es de auténticos tragadores que lo único que pueden desarrollar es su propio estómago y su cuenta corriente.

Pero no son sólo éstos. En muchas comunidades está creciendo el número de casos de abusos y corrupción por parte de dirigentes de estos entes. La abundancia de dinero hace virguerías y algunos no ha soportado la tentación de sucumbir, atraídos por el desmadre y la falta de rigor en los controles por parte del gobierno de la Nación.

Diecisiete parlamentos autonómicos, con todo lo que ello conlleva en gastos de presidencias, vicepresidencias, consejeros, viceconsejeros, directores generales, secretarios generales, diputados con generosos sueldos y dietas, instalaciones, otro personal, vehículos, viajes, etc., etc., etc., no es fácil de asumir por nuestro país, ni en época de vacas gordas.

Los parlamentos regionales controlan ya el 36% de los recursos públicos del Estado, lo que pone de manifiesto hasta que punto las autonomías (autonosuyas) son hoy quienes disponen de mayores instrumentos para articular políticas de gasto con las que hacer frente a la grave situación económica del país.

Las corporaciones locales (ayuntamientos y diputaciones), tienen ya en sus manos otro 13,4% de estos recursos, mientras que la Seguridad Social, cuyo presupuesto es finalista y no puede ser instrumentado por el Estado para otros fines, controla casi el 28%.

La Administración Central del Estado, sólo controla el 22% del gasto público, por lo que los mayores esfuerzos deben provenir de los entes autonómicos y éstos no se ve que estén por la labor. Es por eso por lo qué el Gobierno Central debe, de la forma que tenga y pueda, tratar de apretarles las clavijas.

Las propias autonomías deberían comprenderlo sin mayores esfuerzos. Esto es como la gallina de los huevos de oro. Si se la mata, se acabó la mamandurria.

Le va a ser muy difícil a España quitarse de encima esta lacra. Tan difícil como superar la crisis.

Quizá sea llegado el momento de reenfocar la política autonómica llevada hasta ahora, aunque para ello fuese necesario un gran pacto de Estado entre los dos grandes partidos.

Lo comentamos muchas veces de alguno de nuestros conocidos: este ritmo de vida no puede llegar muy lejos. A veces nos equivocamos, pero muy pocas ¿a que sí…?

martes, 25 de noviembre de 2008

MÚSICA PARA UNA TREGUA

Ya hace mucho que no le damos a la música. Además hay que tomarse, de vez en cuando, una tregua entre tanto cristo (dicho sea con el mayor de los respetos) que hay montado sobre esta vieja y arrugada piel de toro que llamamos España.

Una vieja amiga, de mis tiempos al menos, al ritmo de cuyas canciones disfrutamos mucho en aquella otra España, más despreocupada y feliz. La canción que hoy os traigo, la situo muy arriba en mi particular ranking de canciones ya clásicas y preciosas.


KARINA - "Yo te diré" (De los Últimos de Filipinas)


A propósito de Las Filipinas: Cuenta el genial Alfonso Ussía en su libro, "Coñones del Reino de España", que el señor duque de Almodovar del Río, don Juan Manuel Sánchez y Gutierrez de Castro, grande de España, comete un error gravísimo. El político liberal, ministro de Estado, manda a pasillos, es decir, echa de su ministerio, al más alto poeta satírico de nuestra Literatura, don Manuel del Palacio, académico, diplomático, fusta de todos y látigo de sí mismo.

El señor duque no complementa su grandeza de España con una estatura conveniente, y es más bien bajito, refilonero, algo taimado y un mucho gruñón. Durante su mandato, España pierde sus últimas colonias en ultramar, y el ministerio de Estado a don Manuel del Palacio, que sin darse importancia... lo resume así:

Le llaman grande, y es chico,/fue ministro porque sí,/y en cuatro meses y pico/perdió a Cuba, a Puerto Rico,/Las Filipinas... y a mí.

Casi, casi, se podría comparar con alguien en el que estoy pensando...

Que tengan muy buena noche, invernal y tormentosa. Hasta mañana si Dios quiere.

lunes, 24 de noviembre de 2008

¡QUE CRUZ, MACHO!


(Ruego el más sincero perdón a quien haya podido ofender con esta imagen)

La “Asociación Cultural Escuela Laica de Valladolid”, se ha anotado una importante –para ellos- victoria jurídica e ideológica, al conseguir que el titular del juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de la capital castellana, ordenase, por fallo de fecha 14 de noviembre, la retirada de los símbolos religiosos (es decir, los crucifijos) de las aulas y espacios compartidos del colegio público “Macías Picavea” de la misma ciudad.

Desde el momento de la firma de la sentencia, la polémica quedaba servida, y en todos los medios de información se debatió la noticia que, más que venir a dar cumplimiento a algunos puntos de nuestra Constitución, viene a satisfacer el “ego” de la asociación demandante, inspirada en una corriente de pensamiento que defiende la existencia de una sociedad organizada aconfesionalmente, tal como nuestra Carta Magna define al actual Estado Español.

Nada que objetar a la sentencia judicial que sólo se limita, y obliga a dar cumplimiento, a esos apartados constitucionales a los que anteriormente me he referido.

Pero, a mi entender, esta cuestión tiene lecturas más profundas y a ellas da pie el texto de la sentencia judicial que deja entrever más razones que las puramente religiosas ya que, recoge textualmente: “el crucifijo tiene una connotación religiosa, aunque también otras”. Y, ¿a qué otras connotaciones se estaría refiriendo Su Señoría en el momento de redactar el fallo?

Son ese tipo de frases ambiguas las que lían la madeja. Un crucifijo, que yo sepa, desde Cristo para acá tiene para el Cristianismo una sola connotación: ser el símbolo, o la señal, del cristiano, y eso era de las primeras cosas que nos enseñaban de niños, tanto en las escuelas como en las catequesis. Nunca, salvo que yo viva en mundo muy al margen de la realidad, ha tenido otro significado o connotación. Un crucifijo no es el yugo y las flechas de los Reyes Católicos, adoptado después por la Falange y por el régimen franquista. Al crucifijo, buscándole las vueltas, la única connotación no religiosa -y ni aún así- que se le podría encontrar, es ser el símbolo reconocido de una cultura milenaria que, bajo el ideal cristiano se extendió por toda Europa y medio mundo, pero no creo que se deba pedir perdón por ello.

España se desgasta en contiendas de este tipo cuando se encuentra a la deriva. Cuando no existe un objetivo común que nos entusiasme a todos y nos una en la grandeza de miras.

Hoy, España está claramente a la deriva y encuentra en estas cuestiones claros objetos de contienda. Mientras nos hundimos por falta de criterios y de políticas capaces de solucionar los graves problemas que nos amenazan, discutimos por un quítame allá esa cruz, o esa placa conmemorativa con que se quería recordar a Sor Maravillas en el Congreso de los Diputados.

Esto es como si a una gran hoguera tiramos las colillas de nuestros cigarrillos. Total ¿qué más da?
Si con esto, algunas personas van a dormir mejor; si sus hijos, en las escuelas sin cruces, van a resultar mucho más cultos y capaces; si va a yudar a España a salir de la crisis y a los desempleados a encontrar ocupación y salario digno que llevar a sus hogares; si con esto, España, sigue ganando prestigio en el mundo (¿?) y vamos a vivir en concordia nacional y no en conflictos civiles, apoyo desde ahora la retirada de los crucifijos, de todos los lugares comunes a los españoles para que nadie se sienta ofendido.

Me temo que, por desgracia, no va a ser así pero, ya digo: si algunos duermen mejor, ¡pues qué felicidad, macho!

Espero que los que aún tenemos el crucifijo presidiendo nuestros hogares, no nos volvamos a ver en la vergonzosa necesidad de tener que esconderlo.

domingo, 23 de noviembre de 2008

EN MÉXICO, LAS ZORRAS CUIDAN LOS GALLINEROS


(Noé Ramírez Mandujano -El Zar antidroga mexicano)

Hace pocos días, fue detenido en México el responsable gubernamental de la lucha antidroga, Noé Ramírez Mandujano. El personaje en cuestión es un producto típico de los que produce el elevado índice de corrupción del que parece imposible que México se sacuda. En este caso, como en otros muchos más ocurridos en el país, se pone al zorro a cuidar las gallinas, y así ocurre lo que ocurre.

El Zar todopoderoso que dirigía la lucha contra el narcotráfico, y que ostentaba la representación de México en la Oficina Antidroga de la ONU en Viena, resultó ser uno de los beneficiados del próspero negocio, del que cobraba 450.000 dólares mensuales, facilitados por el cártel del Pacífico por informarles como iban las operaciones antidroga que su departamento organizaba. Difícil obtener grandes éxitos en esta lucha, cuando el poderoso cártel tenía tanta información como la unidad que trataba de combatirlos.

No es la primera vez que México, país en el que la capacidad de sorpresa en estos órdenes es prácticamente nula, tiene que contemplar como las autoridades designadas para combatir las grandes lacras que asolan al país, son sus principales promotores y beneficiarios.

Recordarán, seguramente, al “Negro Durazo”, jefe de la policía del D.F., que nunca, entre todas las escalas y tipos de delincuencia, se pudo encontrar un especialista, capaz de emular sus habilidades y crímenes.

El estado de Morelos (capital, Cuernavaca) fue, durante muchos años, la cuna del secuestro y la extorsión a personas, de la forma más cruel y despiadada que nos podamos imaginar. El aviso del secuestro de cualquier persona a sus familiares, era el envío de algún miembro de su cuerpo salvajemente amputado. Hubo casos en que el secuestrado era linchado sin previamente pedir rescate, de forma que sirviera de lección para los que pudieran titubear en el pago de las exigencias de los secuestradores.

Contra aquellas mafias de la industria del secuestro y la extorsión, era imposible obtener la más mínima victoria ni, por supuesto, lograr la liberación de ninguna víctima, previo al pago del cuantioso rescate. Así estuvieron obteniendo grandes fortunas y sembrando mucho dolor en el país –que muchos empresarios españoles tuvieron que soportar- hasta que, por alguna razón, se descubrió que el capo de todas las mafias era, ni más ni menos, que el jefe de la policía antisecuestro del estado.

Ya son muchos los ejemplos que ha tenido México en estos aspectos delictivos. Por eso, entiendo que cuando las oleadas de secuestros se producen sin éxito en la lucha, y cuando los cárteles del tráfico de drogas se envalentonan y se hacen poderosos, deberían ya conocer, de sobra, sobre quien deben dirigirse las investigaciones, si es que existe una verdadera voluntad de investigar, pues experiencia no les falta.

La “mordida”, institucionalizada en el país por policías mal pagados y nada considerados, al final es una simple pendejada en comparación con esas otras operaciones de alto calibre.

En México, las detenciones como la del Zar Noe Ramírez, ya no son noticia. Allí es lo normal, y antes de que el Gobierno se de por enterado de las actividades de estos criminales, el pueblo ya lo sabe y está harto de decirlo. Pero “ni modo”, compadre...

México es México. Al final, como ellos dicen: “Vale más no preguntar por el muerto, y seguir tras la carroza”

miércoles, 19 de noviembre de 2008

COMUNISMO vs FASCISMO

Aún hoy, año ocho del siglo XXI, España se debate en cuestiones que vienen ocupando los primeros lugares de un foro de discusión, absurdo y sin sentido, que parece no tener fin ni, por supuesto, sentido.

Son setenta años ya los que nos separan de una guerra incivil, que no nos enseñó nada, a pesar de los sufrimientos y la sangría inútil a la que sometió a todos los españoles del bando que fueran o fuesen. Ya van treinta y tres años de la desaparición del personaje, Francisco Franco, que ganó aquella guerra entre hermanos y que, durante casi cuatro décadas, gobernó España a su antojo y menospreció a los que resultaron perdedores en aquella contienda inhumana. Nos quedó, en un principio, una única España: la España nacional y victoriosa que implantó un régimen al estilo fascista, diseñando un mando único bajo la filosofía de un partido, la Falange de José Antonio que, de haber vivido, nunca hubiese consentido la manipulación a la que fue sometida.

La Guerra Civil española se libró, según unos, contra el fascismo que trataba de dominar Europa. Según otros, contra el comunismo moscovita que trataba de hacer de España un satélite a imagen y semejanza de Albania, Hungría o Polonia.

Ambos sistemas eran horrendos. Aunque hablaban de democracia y libertad, pero nada más lejos de ofrecer estos derechos fundamentales de la humanidad. Por el contrario, destruían el ser de las naciones en las que pisaban sus botas conquistadoras. Depuraban, destruían y sometían a los pueblos.

Ambos sistemas, para el bien del mundo, ya han desaparecido. Sólo quedan pequeños reductos apalancados por tiranuelos viejos y decrépitos, como es el caso de Cuba y Corea, que no tardarán en dejar las riendas de un poder absoluto que en nada ha ayudado al progreso y bienestar de sus pueblos.

Pero en el mundo llamado libre, como es nuestro país, España, el debate absurdo y sin sentido sigue en primera línea. No es posible mirar hacia adelante, olvidándonos de frustraciones pasadas. No es posible reconocer que España ya hace más de treinta años que rompió sus cadenas y es hoy un país que necesita de todos para marchar hacia horizontes de igualdad en el contexto europeo. Ya no hay dictadores (¿?). Somos un pueblo libre y democrático, pero no nos lo creemos. Esa es nuestra desgracia.

Seguimos intentando defendernos de viejos fantasmas del pasado que ya están derrotados por la vida misma. Seguimos luchando contra molinos de viento quijotescos. Aún tenemos que demostrar que aquél régimen que nos paró la historia, fue lo más trágico por lo que pasó España en sus más de dos mil años de historia. Y, ¿a quien se lo tenemos que demostrar? ¿Con quien tenemos que justificarnos?

Los regímenes totalitarios que dominaron Europa durante gran parte del siglo XX, fueron producto de la historia y del envejecimiento y frustración de las naciones y de sus sistemas políticos.

Luego, algunos de estos regímenes, trataron de mantenerse y extenderse. Muerto el fascismo, el comunismo campa a sus anchas ayudado por una propaganda internacional que no tuvo comparación en el mundo. Esa propaganda que cargó sobre el fascismo todos los crímenes imaginables y todo lo más degradante que a un sistema político se le pueda achacar.

Sin embargo, los crímenes del comunismo internacional, nada tienen que ver con los que hubieran podido cometer los sistemas fascistas. El comunismo es la doctrina política totalitaria que más monstruos asesinos creo en el mundo, desde Nerón hasta nuestros días. Sus crímenes contra la humanidad sobrepasan holgadamente a los cometidos por otras ideologías tan macabras como ellos. El daño hecho a las naciones europeas del este, nunca podrá compararse con los daños que pudo producir la ocupación nazi en media Europa. Pero para reconocer esto, hay que olvidarse de la propaganda falsaria y ser, simplemente, normal.

Esta es la cuestión que ofende a la humanidad. Al comunismo, aún se le ensalza merced a una propaganda bien dirigida, y a los fascismos se les demoniza, quizá por que ya no existen oficialmente.

Existe muy poco criterio en este mundo de Dios. Somos capaces de soportar en los medios audiovisuales una gran paliza de la policía china a un grupo de pobres trabajadores, pero nos damos de baja en ECTV, porque reseña que los “Defensores de Oviedo” van a organizar unos actos de homenaje a Francisco Franco.

Lo siento, pero me dan ganas de mear…y no echar gota..

martes, 18 de noviembre de 2008

TXEROKI DETENIDO, ¿Y QUÉ...?


ETA, es una banda de frustrados, hijos de puta, que no desaparecerá jamás mientras, como en la actualidad, lo tenga todo a su favor. Ayer era detenido uno de sus capos más sangrientos, “Txeroki”, que no tardará en tener sustituto en el macabro organigrama de la banda, y todo seguirá igual. Torres más altas han ido cayendo a lo largo de los años. Operaciones policiales sacudieron fuertemente el corazón de la banda, y ahí sigue, lo que tiene que llevarnos a pensar que, aunque necesarias, estas actuaciones no son suficientes.


Dice nuestro presidente, al que llaman ZP, que hoy ETA es más débil. Que ha recibido un golpe fuerte y determinante, aunque aún conserva su capacidad de matar y de destruir familias. Eso último es cierto. Es lo único cierto.


ETA, más débil o más fuerte, y detengan a quien detengan, seguirá existiendo y conservará su trágica capacidad de matar. ETA, le es necesaria a otras bandas llamadas PNV, EA, y yo qué sé cuantas otras siglas más, disfrazadas de partidos políticos democráticos.


Les hace falta porque todo ese universo abertzale que dirige e inspira la banda terrorista, genera más de trescientos mil votos que no tienen escrúpulos en captar y canalizar hacia sus posiciones, que no son tan diferentes a los objetivos de los asesinos.


Por eso ETA va a seguir existiendo, con Txeroki y sin él. Y será así hasta que todas estas otras bandas le digan a ETA y a su entorno, que no quieren su voto sangriento y cobarde. Que se lo metan por el culo y que les aproveche. Pero, claro, esto es, hoy por hoy, una utopía.


Si algún día esto llegase a producirse, y de los gobiernos desapareciera la tentación, siempre golosa, de negociar políticamente con los asesinos, entonces es probable que ETA comenzase a debilitarse y a convencerse de que su guerra está perdida.


Pero hoy, los partidos nacionalistas disfrazados de democráticos porque lo exige el sistema, tienen buenas tragaderas y buen estómago para digerir lo que haya que digerir, incluso votos manchados de sangre que les permitan sostener sus propias dictaduras aldeanas.


No se vislumbra un próximo final de esta pesadilla. Si no se llega a un consenso entre los dos grandes partidos, que logre aislar a todos los grupúsculos que apoyan, directa o indirectamente, el terror, tendremos ETA para rato.


Podrá haber palabras rimbombantes de condena y ánimo. Podrá hablarse de que ETA está contra las cuerdas y que ha comenzado su agonía. Podrá haber brillantes operaciones policiales que ya se encargarán algunos jueces de opacar con sus medidas de gracia y justicia. Podrá haber pucheritos de niño en la cara de falsos lehendakaris. Lo que se les ocurra. Pero por encima de todo ello, ETA seguirá presente y matando.


Las victorias policiales tienen que estar respaldadas por decisiones políticas y legales responsables porque, de otra manera, no sirven para nada.


Tiene que llegar el momento de hablar claro y de actuar con más claridad aún. El momento de querer, de una vez, acabar con ellos. Cuando se quiere se puede.


Y, también, tiene que llegar el momento de llamar a las cosas por su nombre: a los asesinos, asesinos, y a los que les apoyan o se sirven de ellos, también. Y, lógicamente, éstos tienen un lugar en el código penal español.
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viernes, 14 de noviembre de 2008

MÚSICA DE FIN DE SEMANA

El fin de semana es así. Para descansar. Para no estar pendiente de nada y menos para leer monsergas que algunos ofrecemos.

Pero a nadie le vendrá mal escuchar un poquito de música que, aunque conocida, no les voy a decir quien la interpreta.

Hoy entramos por Asturias. El próximo día será de la música cántabra de la que disfrutaremos. También será una versión poco conocida, pero muy bonita.


Pues que tengan buena noche y hasta mañana si Dios quiere. Disfruten de un fin de semana que, dicen, se presenta bueno climatológicamente hablando.

jueves, 13 de noviembre de 2008

MARIANO RAJOY, LA LEAL OPOSICIÓN

Cuando Rajoy, como líder del Partido Popular en la anterior legislatura, ejerció una oposición fuerte y, hasta descarnada, contra el Partido Socialista que gobierna este país, los “progres” de la izquierda y de la derecha se le echaron encima de forma cruel y desproporcionada. Unos ignoraban, en propio beneficio, que cumplía su misión ante los desatinos de un gobierno que negaba toda evidencia de lo que ahora estamos sufriendo, y otros, más infelizmente progres y desnortados, pertenecientes a una derecha sin futuro ni ideas, simplemente querían aparentar una falsa progresía en la que esconden sus envidias y su falta de calidad política, que no les permite proclamar con valentía cual es su camino y su ideal de España.

Ahora que Rajoy, con la responsabilidad de un político de talla, y ante la grave situación que vive el país, no sólo por la crisis económica, sino por cuestiones de credibilidad, de seriedad, de comportamiento político internacional que le ha llevado a instalarse dentro de un espectro de naciones rechazado por cualquier país moderno, quiere arrimar su hombro, el del PP, para tratar de colaborar a la recuperación del prestigio de España, también se le ataca y se le niegan sus aciertos. Pero estos ataques no vienen ya de la izquierda falsaria, que se calla como puta ante una ayuda que les puede solventar sus anteriores errores políticos. Estos ataques vienen de casa. De la casa del PP. De políticos fracasados que nunca han llegado, por inútiles, a tener una cierta responsabilidad dentro del partido, pero que están prestos a poner la zancadilla de rigor a quien ha tenido los suficientes atributos para sacar adelante un partido dividido y envenenado por gentuzas y salpicaduras traicioneras de baja estopa.

Mariano Rajoy, está haciendo lo que tiene que hacer y cumpliendo muy dignamente su papel de líder de un partido, hoy en la oposición que, creo yo, ya le ha dicho al Gobierno de España todo lo que tenía que decirle. Y se lo ha dicho con elegancia, sin miedo y aportando argumentos y soluciones. Rajoy, ha señalado a la nación, con todo detalle, cuales son los males de España, quien los ha originado y quien no es capaz de ponerles remedio ni de admitir sugerencias al respecto. Más alto se podrá repetir, pero no más claro.

A mí me gustaría saber que es lo que pretenden estos inconformistas de tertulia radiofónica, de Rajoy y su equipo que, yo así lo pienso, cada día que pasa se consolidan más y dan más muestra de coherencia contra la sinrazón que quiere llevar adelante el partido en el Gobierno.

¿Qué quieren, que saquen las pistolas? ¿Qué más pretenden de este equipo –uno de los mejores que ha tenido el partido en toda su historia- que lucha día a día contra un muro de soberbia y carente de diálogo como es el Gobierno que dirige un hombre alejado de la triste realidad que sufrimos y con pocos principios, como es el Presidente Zapatero, y encima, contra la incomprensión de sus propios correligionarios?

¿Pretenden que ayuden a hundir este país, o que, mientras puedan, traten de salvarle apoyando, si es preciso y se deja, al Gobierno en los foros internacionales?

¿Una oposición está para destruir, o para apoyar en asuntos de Estado cuando es necesario?

En el PP, claro que fallan cosas. Falla, por ejemplo, el manejo eficaz de la propaganda. Falla el no saber presentar a la ciudadanía su labor diaria y eficaz, y falla el sentido común de sus propios militantes o simpatizantes. Falta lo que sobra en la izquierda: eficacia en esos manejos y cara dura sin límite para negar toda evidencia.

Tanto se ha machacado por estos últimos que no existe oposición, que muchos del PP lo han asumido como cierto, y no se dan cuenta que toda esa propaganda se desata, precisamente, cuando más eficaz es la oposición y más heridas causa en el cuerpo gubernamental.

Se debe confiar en Rajoy porque es un hombre capaz. Se merece el apoyo de todos los que compartimos sus ideales. Y se debe tener en cuenta que debe haber discrepancia entre las filas del partido, como tal fue el caso de María San Gil, que abandonó por fuertes desencuentros con el líder actual. No pasa nada. Puede ser lamentable pero hasta ahí.

Si los militantes y simpatizantes del PP, siguen con estas mismas proclamas, algo podemos ganar, a pesar de todo, pues entonces el PSOE no tendrá la necesidad de enseñar con tanta frecuencia a Pepiño Blanco. Le pueden sustituir ellos mismos.

ENTREVISTA DE I. GABILONDO A M. RAJOY


martes, 11 de noviembre de 2008

¿CUAL ES EL SECRETO DE AFGANISTAN?

Yo sabía que en Afganistán había estado, como médico militar, el Dr. Watson, compañero inseparable de Sherlock Holmes, desde “Estudio en Escarlata”, y narrador de sus aventuras e interesantes casos policíacos, allá por la era Victoriana, cuando Inglaterra estaba en todas partes donde había algo que mereciera la pena.

Gran Bretaña ejerció un fuerte control, desde 1837, sobre Afganistán que dio lugar a la guerra Anglo-Afgana, a cuyo final obtuvo este país la total independencia del Reino Unido, en 1919.

Es un país convulso que ha conocido escasos periodos de paz en su historia, máxime en el siglo XX. En 1973 fue derrocada la monarquía, proclamándose una república que no tardó en caer en manos de un gobierno comunista apoyado por Moscú que ocupó el país desde 1978 hasta 1989 retirándose a causa de fuertes presiones externas. La retirada soviética dejó el campo libre para una nueva guerra civil que finalizó con la entrada de los talibanes en la capital, Kabul, en 1996, instaurando un régimen medieval de terror, basado en la Sharia.

Tras el brutal atentado contra las torres gemelas en Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, una coalición internacional invadió el país y derribó al régimen talibán, autorizando posteriormente el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la creación de una fuerza militar integrada por tropas de la OTAN, que elevó a la presidencia a Hamid Karzai. Sin embargo, ni el reconstituido gobierno de Karzai, ni los esfuerzos de la OTAN, han conseguido estabilizar el país que se encuentra en una situación de guerra constante.

España forma parte de esta misión que se ha venido a llamar contradictoriamente, “Libertad duradera”, por su condición de miembro de la OTAN y aquí ya no sería de recibo internacional una nueva retirada de tropas como ocurrió en Irak, de la misma forma que tampoco lo es la precariedad conque las tropas españolas desemepeñan su misión.

¿Se consigue, al menos, mantener a raya dentro del país a potenciales terroristas que puedan llevar sus acciones al exterior, con el apoyo de Al Qaeda, organización de estrechos lazos con los talibanes? Pues no parece fácil, ni tampoco serían resultados suficientes que justificasen el despliegue de tropas internacionales en suelo afgano. Ni tan siquiera la pretensión de contener el avance del integrismo islámico, pues otros países presentan el mismo o mayor peligro, en este sentido, y no están sometidos a intervenciones militares

Afganistán es un país extremadamente pobre, con más del 60% de su población dedicada a la agricultura, de forma más fructífera en las llanuras del norte, dado que el 75% de su superficie es terreno de montaña, desértico o semidesértico. Otra fuente importante de su economía es la cabaña ganadera con numerosos rebaños de ovejas “karakul” que proporcionan el astracán.

Posee importantes reservas de gas natural aunque explotadas a baja escala por empresas de capital norteamericano, pero que no constituyen una razón de fuerza ni justifica, tampoco, una intervención militar internacional cuyo objetivo prioritario fuese garantizar la utilización de esas reservas de gas por occidente.

¿Qué se busca entonces en un país, donde dos tercios de su población vive con menos de dos dólares al día? ¿Es, quizá, su posición estratégica lo que interesa y preocupa a las grandes potencias?

La posición geográfica de Afganistán es muy cercana a los importantes recursos de gas y petróleo de Asia Central y, por ello, una fuerte influencia sobre el país y su gobierno, pudiera dar ciertas garantías sobre la explotación y distribución de estos necesarios recursos.

La situación es grave y no tiene visos de solución a través de operaciones militares. Se ha sopesado una negociación directa con los talibanes, pues no se atisban soluciones ni a medio ni a largo plazo, pero parece ser que se ha llegado al convencimiento de que una negociación con uno de los grupos más radicales e intolerantes que pueden existir en el mundo, no tiene mucho de realidad y sí de una cierta fantasía a la que lleva el deseo de poder poner fin a un conflicto que promete una larga permanencia en el tiempo.

¿Qué se busca, entonces, en Afganistán? ¿Dónde está el secreto? Conflictos graves y asesinatos masivos existen en otros países y no parece ser que ameriten ningún tipo de intervención. Países hay que juegan, amenazan e instrumentalizan de forma peligrosa sus recursos energéticos, de los que depende gran parte del mundo, y no son invadidos. ¿Por qué, entonces, Afganistán, uno de los países más míseros del mundo?

Pues eso es lo que yo me pregunto. Mientras, el país se empapa en sangre de militares y civiles.

Algún día la historia nos desvelará este secreto. “Razones de estado”, quizá, así de sencillo. Lo que en medicina equivale a diagnosticar un “virus”, cuando no se saben explicar las cosas.

lunes, 10 de noviembre de 2008

MÚSICA PARA UNA DESGANA GRIPAL

Hoy lo decía a mis compañeros de ECTV. Lo siento, no soy capaz de escribir. Me tomo un vasito de leche y dos "termalgines" ¿se dice así? y me voy a la cama. Pero quiero dejaros algo de música. Música de España. Música preciosa, la interprete quien la interprete. Sin imágenes, sólo música....
¿Os gustan "Los Ralámpagos"?. Pues ahí está una de sus mejores interpretaciones.

"LUNA DE ESPAÑA"
Que tengan una buena noche. Yo trataré de estar mañana más "a disposición". Hasta mañana si Dios quiere.

viernes, 7 de noviembre de 2008

ZP, YA TIENE SILLA EN EL G-20

Zapatero, por fin, estará en Washintong en la cumbre del G-20, en una silla prestada por Sarkozy, que no se debe confundir con Francia, de la misma manera que no se puede confundir, ni mezclar, a Zapatero con España. Y digo esto porque el empeño febril del jefe del Gobierno español de estar en esta cumbre a toda costa, no es el empeño de España. España no pide limosna. España si se sienta en una cumbre internacional es para tener voz y voto y, por supuesto, estar con todos los derechos y obligaciones. Como un país de lo más digno, tanto por su historia como por su presente, con independencia de los gobiernos que le hayan podido tocar en suerte. Nunca en su historia ha estado de cuerpo presente en ningún evento político, a pesar de ser la tierra del “Convidado de Piedra”. Porque una cosa es la literatura y otra muy distinta la realidad nacional y la presencia o ausencia en una reunión de naciones, de un país que conserva, o pretende conservar su honor, dentro de un concierto internacional.

Este es otro capricho infantil de un jefe de gobierno que está, hace tiempo, fuera de la realidad y que se empecina en ganar batallitas que sólo pueden satisfacer su ego de niño insulso y cabezota, porque nunca tuvo conciencia (jamás se lo pudo creer) de ser el jefe del gobierno de uno de los países más grandes que han escrito la historia de la humanidad.

Puede que aún el resentido, y aun presidente y anfitrión del encuentro, George W. Bush, le ponga su veto, pero no es probable cuando la petición de clemencia viene de parte de Sarkozy.

Zapatero estará en esta cumbre, pero no estará España. Estará un hombre que está dispuesto a los más bajos tratamientos y a las más subordinadas compensaciones para estar como un mediocre entre los grandes.

Zapatero, si se lo piden a cambio, mandaría lo mejor del Ejercito Español de nuevo a Irak, y se pasaría una noche entera, cual futuro caballero medieval, velando armas, besando y adorando sin descanso la bandera de las barras y las estrellas.

Y todo esto, posiblemente, para acudir de “oyente” a una cumbre a la que no está invitado pero en la que el presidente francés le ha cedido un taburete para que se tome su caña a gusto, mientras otros le cuentan como se puede tratar una crisis económica y como hay que andar por los intrincados vericuetos de la política internacional.

¿Qué puede contar allí un jefe de gobierno que tiene en su país el más alto índice de paro de los países que integran la Unión Europea? ¿No sería más digno quedándose en casa y viendo los debates a través de televisión?

A mí es que me revuelve las tripas que este andoba esté utilizando a España para sus batallitas. ¿Cómo alguien como él, que no cree en su propio país, ha podido acceder a la presidencia del Gobierno? ¿Qué está pasando en España? ¿Qué tipo de gente tiene detrás?

Que vaya. Que vaya a Washintong. Pero, por favor, que aprenda algo de lo que significa patriotismo y honor. Que aprenda de Obama, presidente electo de los EE.UU, que se ha olvidado ya de una reñidísima campaña electoral y se ha convertido en el presidente de “todos” los norteamericanos.

Que aprenda de John McCain, rival del nuevo presidente salido de la voluntad de la mayoría de los ciudadanos del más poderoso país de la Tierra, que ha proclamado: “Que Dios bendiga a “mi nuevo Presidente”. Al Presidente de Norteamérica”.

Que aprenda primero estas cosas. Que aprenda primero a sentirse orgulloso de ser el jefe del gobierno de un país como España. Que aprenda a ser español. Que tire su soberbia en cualquier cuneta y que empiece, si sabe, a gobernar.

Luego, si le dejan, que vaya por ahí a alguna cumbre; de los G-20, 30 o 1500. Tampoco le vendría mal.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

MANUEL LLANO, EL SARRUJÁN DE CARMONA

No hace muchos días tuve el gusto de leer en un periódico de Asturias, un artículo firmado por uno de sus columnistas habituales, mi querido amigo Ignacio Gracia Noriega, dedicado a la figura del escritor cabuérnigo, Manuel Llano.

La verdad es que me satisfizo enormemente que Ignacio dedicara ese largo artículo a esta figura literaria a la que yo, desde que le descubrí, siempre he profesado devoción.

Manuel Llano nació en Sopeña, del ayuntamiento cántabro de Cabuérniga, el año del desastre colonial español (1898). También Carmona, más allá de la Collada, disputa ser la cuna de su nacimiento, dado que allí vivían sus padres, pero parece probado que es Sopeña, residencia de sus abuelos, la que puede ostentar este honor. Murió, muy joven, durante otro desastre, la Guerra Civil española (1938). Como habrán podido observar muchos, a la entrada de Sopeña, en la carretera que desde Cabezón de la Sal lleva hasta Campoo, hay un indicador de la población a la que se llega, bajo cuyo nombre consta: “Lugar natal del escritor Manuel Llano”.

Pero este escritor y poeta en prosa, no es muy conocido más allá de los límites de su tierra montañesa. Tiene razón Ignacio Gracia cuando dice que “El gran problema de los escritores regionalistas, terruñeros y ensimismados es no llegar más allá de su quintana, de su valle, de la corriente de su río, de la sombra del campanario de su iglesia”.

Pero tampoco Manuel Llano quiso ir más allá. Apenas salió de su pueblo de Sopeña, salvo para ir a otros pueblos del entorno y, cuando el destino se lo exigió a su familia necesitada, tuvo que ir forzosamente a vivir a Santander en busca de trabajo y superación económica. Santander, para él, suponía la lejanía más imaginable. Nunca pudo, ni quiso, adaptarse a la vida y costumbres capitalinas. Su obligada estancia en la ciudad portuaria supone para él un desarraigo del mundo rural y el descubrimiento de un ambiente urbano, desconocido y hostil que, a parte de alguna oportunidad literaria, sólo le brinda penalidades y un destino incierto. El rechazo de este medio y la vuelta y apego al de su infancia, se hará una constante en su vida y en los temas que escoge para su obra literaria.

Los años felices de Manuel Llano fueron los escasos que duró su infancia, cuando, casi un niño, era sarruján en Carmona y se sentía feliz y libre por las brañas de Campoo y Cabuérniga entre los animales que pastoreaba. Allí empezó a elaborarse su gran pasión literaria, y de aquél ambiente nacieron sus temas preferidos y casi permanentes en su obra.

Si bien es cierto que la ciudad le supuso privaciones y penurias, también le dio oportunidades, le abrió muchas puertas y le tendió manos. No debemos olvidarnos que el escritor llegó a Santander con apenas quince años, y que dejaba atrás todo un mundo, real e imaginario, que había enraizado en su tierno corazón de poeta con una fuerza que no le abandonaría jamás.

Comenzó estudios que nunca terminó y trabajó en distintos oficios. Fue maestro, sin título, y ayudante de farmacia en Laredo, pero su vida estaba firmemente enfocada a la literatura. Escribiendo, veía a su pueblo y a sus brañas. Escuchaba el sonido del rabel y los acordes suaves del viento. Cuando escribía, volvía a ser de nuevo un sarruján casi niño que cuidaba los ganados comunitarios de Carmona, la tierra de los albarqueros, los mejores albarqueros, como también lo había sido su padre ciego.

En 1920, comienza la que será su principal actividad literaria como fuente de ingresos, las colaboraciones en prensa. Sus primeros trabajos se publican en “El Pueblo Cántabro”, pasando a colaborar más tarde a “La Región” y años después en “El Cantábrico” donde realiza su más importante labor periodística. Al mismo tiempo publica su primera novela El sol de los muertos, que va apareciendo como folletín en “La Región”.

Pronto se perfila su interés por el entorno localista con la inclusión en algunas de sus obras, de leyendas recogidas por los pueblos y donde predomina el elemento costumbrista que nunca abandonará.

Llega a tener contactos literarios con el Ateneo de Santander, lo que le brinda oportunidad de conocer a escritores ya consagrados como Miguel Artigas, José María de Cossío, Gerardo Diego o José Hierro. Su relación con ellos le lleva a conocer a muchos autores clásicos a los que no había tenido oportunidad de leer. También entabla relación con Unamuno quien llega a elogiar generosamente alguna de sus obras.

El poeta Gerardo Diego, decía de él que “toda su vida es o parece una leyenda”. Una leyenda como las que recoge en sus obras, de prosa “bellísima, sonora y plástica”, tal como apunta Gracia Noriega. Pero sobre todo, más que prosa literaria, Unamuno así la describió, es una prosa que irradia poesía. Poesía sin adornos, poesía al natural, bellísima.

No conocer la obra de Manuel Llano, supone perder un importante matiz de lo que entendemos por belleza, es decir, no conocer la belleza en plenitud.

Sus libros, es una pena, se esconden por viejas bibliotecas. Se le considera, posiblemente, un escritor menor. No sé quien tiene autoridad para dar estas calificaciones pero, en este caso, seguro que quien le ha subestimado nunca ha leído su obra.

Manuel Llano merece ser reivindicado y puesto en su lugar, en el que le corresponde por derecho propio. Ese lugar sólo lo tiene en el cementerio donde descansa en el panteón de hombres ilustres de Santander.

martes, 4 de noviembre de 2008

LA TRÁGICA EXPLOSIÓN DEL MACHICHACO (3-11-1893)



Viviendo yo en Santander, ya hace bastantes años, me pasaba con cierta frecuencia por un bar en el que concurrían muchos cazadores, algunos buenos amigos míos, que estaba en la calle “3 de Noviembre”, “El Pibe”. Alguna vez me pregunté que tendría de particular esta fecha, pero tardé tiempo en preguntarlo y saber que recordaba.

El 3 de noviembre de 1893, se produjo en el puerto de Santander la explosión del vapor “Cabo Machichaco”, constituyendo una de las mayores tragedias –junto con el incendio de 1941- que tuvo que soportar la capital montañesa, y la mayor, de carácter cívico, acaecida en España en el siglo XIX.

El “Cabo Machichaco” fue un barco de vapor perteneciente a la Compañía Ybarra que prestaba servicios de cabotaje entre Bilbao y Sevilla, con escala en Santander a cuyo puerto acababa de arribar con una carga mortífera. El 3 de noviembre, el vapor abandonó el fondeadero de la ría de Astillero tras haber cumplido el plazo reglamentario de cuarentena, a causa de la epidemia de cólera que se extendía por su puerto de origen, Bilbao, atracando en el muelle saliente número 1, conocido como la tercera machina, frente a la actual calle de Calderón de la Barca.

Entre otras mercancías, el “Machichaco” transportaba algo más de 51 toneladas de dinamita procedente de Galdácano y varios garrafones de ácido sulfúrico en cubierta. De acuerdo con el Reglamento del puerto de Santander, cualquier buque que transportase dinamita debía efectuar sus operaciones de carga o descarga en el fondeadero de La Magdalena o al final de los muelles de Maliaño. Sin embargo, esta normativa parece ser que era incumplida sistemáticamente con la connivencia de todos los responsables en aplicarla.

En este sentido se manifiesta el historiador santanderino, Rafael González Echegaray, quien critica duramente la actuación del las autoridades portuarias que permiten el continuo incumplimiento de lo reglamentado:

“Lo que ocurría, sencillamente, es que desde aquél mismo instante había quedado patente la infracción de los Reglamentos Portuarios cometida por parte del buque, de su consignatario, de la aduana y de las autoridades en general. Todos, absolutamente todos, eran culpables por imprudencia o negligencia, en mayor o menor medida, y además no tenían noción exacta de lo que estaban arriesgando en aquellos momentos”.

Hacia la una y media de la tarde de ese fatídico día, 3 de noviembre, las autoridades locales fueron informadas de que se había declarado un incendio a bordo del “Machichaco”, que se intentaba apagar con los pocos medios disponibles del barco, los de los bomberos, que también eran escasos, y los del gánguil de la Junta del Puerto. Ante la situación creada, la mayoría de las autoridades locales y técnicos, se involucraron en el incendio para tratar de sofocarlo. El incendio, que empezó en la cubierta y se propagó por las bodegas de proa, surgió como consecuencia de la explosión de una de las garrafas de vidrio situadas en la propia cubierta y que contenían el ácido sulfúrico.

Tripulaciones de algunos barcos anclados en el puerto, prestaron su ayuda en el intento de extinguir el fuego, entre otras, la del vapor correo Alfonso XIII que había llegado el día anterior a Santander tras su primer viaje a Cuba. También aportó su valiosa ayuda el trasatlántico español “Catalina” de cuya tripulación formaba parte “Pachín González”, personaje que inspiró a José María de Pereda la novela del mismo nombre.

El fuego del barco atrajo a multitud de curiosos que, ajenos al contenido mortal de las bodegas, contemplaban despreocupadamente el fuego. Una hora después estallaron las bodegas. Muchos edificios cercanos de la calle Méndez Núñez, se derrumbaron. La onda expansiva se propagó por toda la bahía y cientos de fragmentos de hierro y otros objetos salieron disparados a varios kilómetros de distancia. La explosión produjo además una inmensa ola de agua de millares de toneladas, que arrastró a muchas personas al mar. Todos los que estaban a bordo dejaron su vida en la explosión.

El trágico resultado fue de 590 muertos y 525 heridos. Santander tenía en aquel tiempo 50.000 habitantes censados. En esta tragedia fallecieron la mayor parte de las autoridades civiles y militares de la provincia, incluido el gobernador civil, además de bomberos, trabajadores y curiosos que se habían acercado a observar como ardía el barco.

La magnitud de la explosión fue tal, que un calabrote llegó hasta la localidad e Peñacastillo, a unos ocho kilómetros de distancia, y mató a una persona. Un guardia halló dos piernas sobre el tejado de un almacén de madera a una distancia de dos kilómetros. En la playa de San Martín, a kilómetros de recorrido, apareció el bastón del gobernador civil, Somoza, que junto con otras autoridades se hallaba a bordo en el momento de la explosión. El ancla del vapor, fue a parar al patio del colegio LaSalle, a pocos metros del Alta, donde muchos años más tarde aún se podía ver como fúnebre monumento a una desgracia insospechada.

José María de Pereda, narrador y notario del acaecer del Santander de su tiempo, nos cuenta, de forma novelada, esta tragedia naval en su ya citada obra “Pachín González”.

Todos los años, al igual que hoy, el Ayuntamiento de Santander honra la memoria de aquellas víctimas.

Hoy, queda el recuerdo, el triste recuerdo, pero las heridas están curadas. Santander, la novia del mar, sigue con su pecho abierto para acoger a cuantos barcos quieren abrigarse en su hermosa bahía. Una bahía que sabe de amor y dolor, de reencuentros y despedidas, que sigue ahí, tan bella y tan acogedora como la hizo Dios en su reparto de privilegios sobre este planeta.



JORGE SEPÚLVEDA - "SANTANDER"