jueves, 26 de agosto de 2010

MI BANDERA, CON PERDÓN....


Durante los años de la “Transición”, una vez muerto Franco y desmontada la arquitectura del Movimiento, se cometieron (a mi entender) en España una serie de errores políticos cuyas consecuencias, en muchos aspectos, aún estamos padeciendo.

En aquellos tiempos cuando el partido de la Unión de Centro Democrático (UCD), liderado por don Adolfo Suárez, tenía en sus manos el timón del acontecer español, el mismo presidente Suárez pronunció una frase que trataba de expresar, en muy pocas palabras, el profundo y necesario cambio que se pretendía dar a la vida del país en la mayoría de sus aspectos, no sólo en el político aunque, en aquellos momentos, fuese el mas prioritario para poder acometer otros desde posiciones lógicas y normalizadas: “Pretendemos elevar a la categoría de normal lo que, a nivel de calle, es, simplemente, normal.”.

Sin embargo, en aquellos momentos, se perdió una gran oportunidad; una gran oportunidad de normalizar, de hecho, muchos aspectos de la vida nacional. Cierto es, y digno de reconocerse y valorarse, el ejemplo que España dio al mundo, en aquellos años, al lograr transitar desde un régimen como el que se abandonaba, hasta una de las democracias más avanzadas que hoy existen en el mundo libre y, todo ello, sin mayores traumas.

Pero un falso, o desacertado, progresismo que en aquellos tiempos se instaló en amplios sectores de la política y de la sociedad española en general, no se supo, o no se pudo, atajar por parte de aquellos nuevos padres de la patria.

En aquellos años, algo tan sencillo y tan normal como exhibir la bandera nacional en cualquiera de tus objetos personales, o en alguna prenda de vestir, se convirtió en seña fascista, de nostalgia del franquismo y, consecuentemente, de enemigo del cambio y de las libertades que algunos progresistas de pacotilla decían traernos, ignorando que era la propia España quien las demandaba y las estaba instalando en su solar. Referirte a tu patria como España, era sinónimo de facha y, políticamente, incorrecto. Hasta en el Parlamento (recuérdese) se evitaba sutilmente el nombre de España, sustituyéndose por el país (de ahí aquella famosa frase de Vizcaíno Casas: ..este país, antes llamado España..).

Aquellas cuestiones fueron el producto de un fuerte complejo que se crearon nuestros dirigentes políticos influidos, de forma vergonzosa, por determinadas y trasnochadas corrientes de revanchismo absurdo y reprimido (fundamental y lógicamente provenientes de la izquierda política) que, aún hoy, conserva importantes reminiscencias en amplios sectores nacionales.

Así se fue forjando el espíritu de una generación de españolitos progres, émulos de un “68” del que sólo habían oído hablar (por lo tanto inentendible para ellos y ya pasado de moda en aquellos años), extraordinariamente receptiva a la ruptura con el pasado español y que, en una gran mayoría, no supo ser capaz de distinguir entre una patria, España, sus símbolos y un régimen político que se estaba desmoronando por su propio peso para dejar paso a un estado homologado con los países modernos.

Los complejos absurdos generaron la incapacidad para normalizar este tipo de cuestiones y llevaron a determinadas fuerzas políticas a adoptar posturas serviles y abyectas a favor de arcaicos nacionalismos locales en detrimento de una filosofía de unidad nacional que la propia Constitución consagra como punto fundamental y fuera de discusión.

Han tenido que pasar 35 años para que lo que la política destruyó (el cariño, el respeto y el orgullo por nuestra bandera) nos lo restituyera la Selección Española de Fútbol, al proclamarse campeona del mundo en el último campeonato celebrado en Sudafrica.

Hoy, hay mucha gente española que presume de su bandera. Una bandera, la misma, roja y gualda, que a muchos, como a mí, nos costó disgustos en nuestros días; y “hostias como campanas”….

Ahora, por fin, es la bandera de España. La bandera de todos. Yo me olvidaré de aquellos tiempos. Yo me siento contento. Por fin, España tiene su bandera. Trabajo costó. Ahora yo sólo la tendré en mi casa. Y no la pondré ni en la pulsera de mi reloj, ni en la solapa de mi camisa. Ahora España ya está representada en el mundo gracias al fútbol…¿No les dará vergüenza a los políticos…?

jueves, 19 de agosto de 2010

LAS FIESTAS DE MI TIERRA


(La imagen de San Roque de mi pueblo, Panes)

Estamos en fiestas en nuestra tierra y proliferan por los bares, y por cualquier muro, los carteles que anuncian las celebraciones de los pueblos de nuestro entorno. Según el presupuesto, unos hacen pequeños folletos y otros confeccionan unos librillos que siempre son bonitos por los comentarios y fotos antiguas que en ellos se publican. Yo colaboro en algunos y me los guardo, porque son historia de mi tierra y quiero que mis nietos, mañana, los lean y los aprecien de la misma manera que yo le doy un aprecio precioso a los que me ha llegado de aquellos años de mi niñez.

Pero, en la mayoría de los casos, los pueblos sólo pregonan sus fiestas a través de cartelones, más o menos humildes, pero honrosos y coloridos. San Juan, San Pedro, Santiago, La Sacramental, La Virgen de…., San Lorenzo, San Roque…..Y así podríamos seguir y seguir enumerando santos, hasta llegar a las “once mil vírgenes…”, si es que las hubo alguna vez. Eso se lo preguntaba Álvaro de la Iglesia en una de sus famosas y satíricas novelas.

Estos carteles a los que me refiero, son auténticas piezas de coleccionista. Se recogen en ellos determinadas frases que ya se han hecho célebres en la cartelería festiva. Sus formatos no cambian mucho, año tras año, si bien han ido variando en base a determinadas modas y avances tipográficos.

Hace años eran mucho más austeros. Dos tintas, como mucho. Ahora son mucho más “colorines” y, además, se les han añadido la publicidad de establecimientos comerciales que también recogen frases célebres y bonitas que muchos guardamos en la memoria.

Pero lo verdaderamente popular se conserva. Se ha conservado siempre y se sigue conservando. Incluso, en la actualidad, se quiere volver a aquellos tiempos clásicos donde los carteles que publicitaban las fiestas populares llegaron a ser verdaderas obras de arte tipográfico y, si me apuran, literario.

No voy a entrar en este breve comentario, a analizar el arte (porque siempre fue un arte) de la confección de estos carteles. Quiero fijarme sólo en las frases que contenían.
Nuestras fiestas siempre se ha significado por lo “grandes”,” tradicionales” y por sus “monumentales” espectáculos.

Se comenzaba por aquello de “Grandes y Tradicionales fiestas de San…..en ….”, para continuar anunciando que a las seis de la mañana, se efectuará el disparo de “potentes bombas reales” (léase cohetes) que anunciarán el comienzo de las fiestas.

“Misa solemne oficiada por tres sacerdotes, durante la cual el “sermón correrá a cargo de un elocuente orador sagrado”.

Las orquestas marcaban un poco la pauta de la calidad y magintud de las fiestas y éstas se anunciaban en espacios visibles del programa, destacando siempre que estaban integradas por un determinado número de “profesores”.

“La procesión se verá alegrada por la vistosa y colorida presencia de lindas señoritas ataviadas con los trajes regionales, que entonarán las tradicionales coplas en honor del Santo”.

A las cinco de la tarde, tendrá lugar la gran final del ya tradicional concurso de bolos, donde se verán las caras los más importantes jugadores de Asturias y La Montaña (que antes no se decía Cantabria). “Los fallos del jurado serán inapelables”.

Animada romería y “monumental” verbena, durante la cual tendrá lugar una “gran cascada de fuegos de artificio”.

Éstas que cito, y que ahora me vienen a la memoria, son algunas de aquellas frases que aún siguen recogiendo estos carteles. La tradición es la tradición, y el legado de los que nos antecedieron sigue vigente. Que nadie crea que yo lo critico. De ninguna manera. Todo lo contrario. Yo conservo en mi memoria, y en mis pequeños y particulares archivos, todo eso que es historia y tradición de mi tierra. Pero nadie podrá ignorar que son cosas curiosas, perdidas en el tiempo y, a la vez, vigentes en todo su esplendor.

Para más información, se leía al final, “véanse programas de mano”. Sobre la publicidad comercial que aparecía en aquellos cartelones, o más bien en los “programas de mano” se podría escribir todo un ensayo.

Sólo quiero recordar aquel famoso anuncio de “Casa El Comportu”, de Panes, que reservaba toda una página (cuando en Panes, por San Cipriano, se confeccionaba uno de esos librillos de los que les hablaba al principio. Ahora ya no se hace, pero se hace en Suarías, para ejemplo de quien quiera tomarle), y que, simplemente decía: “El Comportu no se anuncia nunca”. Uno de mis amigos me recordaba, no hace mucho, un anuncio que quiso poner un vecino de mi pueblo: “Chatarras Cazolé”. ¿Cómo que chatarras? ¡¡Hierros!!, le dijo mi amigo. ¿Vas a andar con medios días en un anuncio…?

No faltaba quien se subía al templete de las orquestas para anunciar la “gran película” que se proyectaría, en el cine de la localidad, a las ocho de la tarde, y que tenía como protagonistas a “James Estevar”, Clin Estarvur o Gregorio Pez”. Pronunciado así, en el más claro castellano. Había que aprovechar todo los medios de publicidad al alcance.

Bien. Son recuerdos de mi vida. Son historias de mi tierra. Vivencias que me ayudan a vivir en un mundo donde ya casi no existe la originalidad. Donde prima lo absurdo, lo burdo y donde la falta de imaginación se sustituye por una supuesta cultura barata, chabacana y falta de toda clase y estilo. Salvo raras excepciones, por qué no reconocerlo…

lunes, 2 de agosto de 2010

EN EL PP DE ASTURIAS SON NECESARIAS, Y URGENTES, UNA PRIMARIAS.


OVIDIO SÁNCHEZ, PRESIDENTE DEL PP ASTURIANO


Visto lo visto en el PP asturiano, hay que admitir claramente y sin mirar para otros lados que la ruptura es clara y nada se arregla con darle la espalda a esta grave situación.

No se trata ahora de buscar culpables a esta nueva y triste coyuntura política. Y digo nueva, aunque no es la primera vez que en nuestra Comunidad Autónoma se da el triste hecho de la desunión y la ruptura dentro del PP.

En el PP asturiano existe una dirección regional con encefalograma plano, inoperante, inútil y perdedora por naturaleza. La dirección nacional no es capaz de agarrar el toro por cuernos y encarrilar esta corrida cruenta. Sí, cruenta, porque desangra el cuerpo popular a borbotones.

Las bases de nuestro partido (militancia y simpatizantes, votantes al fin) están divididas porque hay distintas corrientes que reclaman diferentes candidatos para las próximas elecciones autonómicas.

Uno de esos posibles candidatos es don Francisco Álvarez-Cascos, ex vicepresidente del Gobierno con José María Aznar y, posteriormente, ministro de Fomento. Este hipotético candidato, inexplicablemente, está vetado por esta (inoperante, inútil y perdedora por naturaleza) dirección regional del PP asturiano. No le reconocen (no ya a él mismo, sino a la gran base que le apoya) su derecho a ser, o no, candidato a esas próximas elecciones.

Esa corriente oficialista, apoyada por la dirección regional, no tiene aún un candidato presentable con el que convencer a las bases. Ni lo tiene ni lo tendrá, en el sentido de que pueda convencer, porque nadie de su estilo, nadie de su cuerda, nadie que lleva comiendo la sopa boba desde hace ya años, tiene méritos para querer representar a una militancia que ya está harta de perder y de que le hagan la trompetilla por la calle. Carecen de la credibilidad necesaria pero no sueltan la poltrona.

Pero no seré yo quien les niegue ese derecho. Lo que si niego, y a lo que me opongo frontalmente, es al “dedazo”. El PP asturiano, si quiere cerrar esta herida con el menor dolor posible y con los menos puntos de sutura posibles, debe recurrir a elecciones primarias, lo contemplen o no lo contemplen así sus estatutos. En ningún caso, ningún candidato debe ser impuesto sin que las bases lo respalden ampliamente. Ninguna de las dos mitades admitiría un candidato impuesto y la ruptura se haría incontrolable. Es la militancia la que debe hablar y elegir a su candidato democráticamente.

Quizá sea esta una situación muy particular que requiera este tipo de cirugía. De lo contrario sólo se llegaría a consolidar la ruptura, la división y, consecuentemente, a perjudicar de forma irreparable al partido, un partido más necesario que nunca en estos momentos, fuerte y unido, que pueda contrarrestar la ineficacia de un gobierno socialista que está haciendo mucho daño a la región, incapaz de reclamar al gobierno central de España los derechos que Asturias tiene en el contexto nacional y que la ha colocado en el furgón de cola del tren nacional.

Pero la soberbia no conoce límites, al igual que la inoperancia demostrada en todos estos años.

Si la dirección regional del PP no es capaz de solucionar esta crisis (que no parece tener ni voluntad ni capacidad), debe hacerlo la dirección nacional que, hoy por hoy, no se muestra proclive a la labor, demostrando la misma ineficacia y el mismo pasotismo que los dirigentes regionales.

A mi ya me retiraron una vez mi carné de militante y me lo devolvieron un año después. Si las cosas no entran en razón y alguien no muestra la voluntad y la capacidad necesaria para resolver esta situación, no se molesten en pedírmelo. Yo mismo se lo devolveré por voluntad propia.

domingo, 1 de agosto de 2010

LOS BOLOS EN LA LITERATURA

EL MÍTICO "ZURDO" DE BIELVA.


"Has sido un gran hombre. Has hecho tierra de siembra la que era monte. Has criado nueve hijos sanos. Y en cincuenta leguas nadie ha jugado a los bolos como tú...." (Alejandro Casona: "La casa de los siete balcones")

Para cuando estas líneas salgan impresas ya se habrán fallado en Panes los Premios “Pico Peñamellera” de bolos que este año cumplen su XVI edición. El jurado, en esta ocasión, estará presidido por el prestigioso periodista cangués, Diego Carcedo, y formado por conocidas personas del mundo de la cultura y el deporte.

Mantenerse en el tiempo, como lo están haciendo estos premios, es todo un mérito si tenemos en cuenta la escasez de recursos que la asociación que los propicia padece y que sólo se suple con una ilusión y un trabajo bien hecho que merece todos los elogios y todo tipo de reconocimientos y consideraciones.

Los bolos, en nuestra tierra, no se pueden mirar exclusivamente bajo la óptica de un juego más o menos practicado y popularizado, sino como una esencia cultural ancestral, enraizada en nuestras vidas y en nuestra historia.

Dice el periodista y escritor, Alfonso Ussía, que la literatura que existe sobre los bolos bien cabría en una pequeña estantería de nuestras bibliotecas. Y es cierto. Un juego, como son los bolos, que se circunscribe a un territorio limitado de nuestra geografía no ha podido tener la atención literaria que muchos hubiésemos deseado.

Pero no es menos cierto que grandes escritores dedicaron páginas a este bellísimo deporte, en cualquiera de sus modalidades, que reflejan a las claras la importancia que en nuestra cultura y en nuestra sociedad han tenido y siguen teniendo en la actualidad. Desde Pereda hasta Alejandro Casona. Desde Quevedo a Pérez de Ayala. Desde Palacio Valdés a Manuel Llano. Desde Pepe Hierro hasta José María de Cossío, pasando por Gerardo Diego, sólo por citar a algunos, nos han dejado páginas entrañables y preciosas que tienen los bolos como protagonistas.

El juego de los bolos también tiene sus mitos y sus leyendas. Por nuestras tierras del oriente asturiano, se practican las modalidades de birle (bolo montañés o bolo palma) y la cuatreada (la más popular y jugada en Asturias), pero en las Peñamelleras y Llanes ha sido siempre el birle el que ha primado.

Las propias boleras también guardan sus leyendas, aunque algunas ya hayan desaparecido. ¿Quién no recuerda la del Bar Palacios o la de la Portilla, en Llanes? ¿Quién de mi generación no ha jugado en la de La Cortina, o la del Bar Pepín, en Panes, sin olvidar la centenaria de la Plaza, al lado del Museo de los Bolos?

Jugadores e instalaciones componen el Olimpo de este juego arraigado con fuerza en nuestras vidas y en nuestra cultura.

Jugadores míticos, como el Zurdo de Bielva, han merecido la atención de muchos escritores. Tengo ante mi un soneto que Jesús Cancio dedicó, en su día, al Zurdo. Los dos tercetos finales dicen así: …”Y tiembla el corro de emoción deshecho, /y desde el birle al tiro no hay un pecho/que no sienta su ritmo acelerado. / ¿Quién convirtió con tan viril jugada/la aldeana bolera en olimpiada?/Es el Zurdo de Bielva, que ha embocado./

A este mítico Zurdo de Bielva (que había nacido en La Haba y sólo era zurdo para jugar a los bolos) llamado Rogelio González Viñoles, le dedicó José María de Cossío toda un “Tercera” del ABC, la página más prestigiosa del periodismo literario español.

Dice Manuel Llano, el escritor cabuérnigo, que la vida es como una partida de bolos, como la bola cuando se lanza sobre la caja. La vida, como en una partida la puedes vivir paso a paso, bolo a bolo. Si tienes suerte y maestría, puedes embocar y llevarte el triunfo en un solo envite. Pero eso ocurre pocas veces y la experiencia, tanto en la vida como en los bolos, aconseja más tirar a bolos; ir sobre seguro. Una bola que no agarra estaca, se puede marchar en blanco. Es una bola perdida, una bola que no suma.

El gran Pepe Hierro tiene preciosos poemas dedicados a los bolos, como este que les transcribo para cerrar página: De pie, sobre la bolera,/ordenados y panzudos,/troncos de árboles desnudos/que esperan la primavera./Regimiento de madera/¿no oís que la bola estalla?/sin saliros de la raya./¿Es que aguardáis a que toque/su cornetín el emboque/para entrar en la batalla?


Alfredo Caballero Sardina
Julio 2010 (Artículo publicado en "El Comercio" el 1 de agosto)