El Gorilón (políticamente hablando, se entiende) ha vuelto a hacer el gorila. Poco más se puede esperar de este andoba que sabe hacer de todo menos gobernar a su pueblo.Siempre sorprende de nuevo con sus puestas en escena, cosa que no debería de suceder pues bien acostumbrados nos tiene, pero es que si hoy el espectáculo es gordo, el de mañana es mayor y por eso siempre hay gran expectación para sus patéticas representaciones teatrales.
Dicen que Hitler quería ser pintor, pero fue una afición frustrada para desgracia de la Humanidad. Bien podrían haberle tratado mejor sus exigentes profesores y no haberle quitado la ilusión. El mundo se hubiera ahorrado una de sus peores pesadillas.
Yo creo que a Chávez le hubiese gustado ser comediante-titiritero. Tiene todo a su favor, desde el físico hasta las dotes interpretativas. Pero prefirió el camino de las armas y de la política y, ahora, desde su cargo presidencial en Venezuela, tiene todos los medios audiovisuales y demás escenarios del país para disfrutar de sus infelices números circenses.
¿Cómo habrá países que estén en manos de gentes así? De éstos te puedes esperar cualquier cosa, y el poder que tienen acumulado en sus manos es un peligro evidente, tanto para su país como para la zona.
Chávez se cree el amo de Venezuela y países vecinos, hasta el punto de que se considera el nuevo Simón Bolívar de la América Latina y nada se le pone por el medio para inmiscuirse caciquilmente en los asuntos internos de cualquier nación que se le antoje que deba ser salvada del imperialismo yanqui, que es su obsesión enfermiza.
Su amenaza de intervenir militarmente en Bolivia, junto con la irresponsable medida de expulsar al embajador norteamericano, de la forma que lo ha hecho, puede ser el prolegómeno de un foco bélico que podría llevar a la zona a consecuencias imprevisibles.
Aunque hay que tener en cuenta que se trata de un auténtico bufón, sin sentido de la medida, que hoy te sacude un bofetón y mañana proclama que eres el mejor amigo que ha tenido en su vida, caso de nuestro Rey. Aunque también puede ocurrir lo contrario. Estas gentes, con la tenada peligrosamente averiada, son de temer pues la sinrazón les puede llevar a liarla.
Los políticos pueden hacerlo bien o equivocarse, pero deben tener las tuercas ajustadas. Sus países, en consecuencia, serán más o menos prósperos, pero dormirán por las noches, sin sobresaltos día sí día no. Con un personaje como este gobernando tu país ¿quien es capaz de dormir?
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