martes, 21 de octubre de 2008

A POR LA CORONA

(Felipe V, primer Borbón en el trono de España).

Salvo que se trate de extrañas coincidencias en el tiempo, parece que existe una campaña clara en contra de S.M. el Rey don Juan Carlos I, instrumentalizada por determinados sectores de la prensa y la política.

Yo entiendo que el personaje en sí, y la dinastía a la que pertenece, no sean del agrado de todos los españoles. Son muchos años de Borbones y “borboneos” en la historia de España y, consecuentemente, muy diversos los resultados del reinado de cada uno de los miembros de esta familia que alcanzaron el trono de España, en general, sin mayores merecimientos, todo hay que decirlo...

Las páginas escritas por estos monarcas a lo largo de los siglos, contienen de todo y habría que emplear una balanza extremadamente fiel para pesar y decidir si fueron favorables para España o, por el contrario, se hubiese pasado perfectamente sin ellos.

No es ésta la tarea que yo pretendo acometer hoy aquí, cuando nos encontramos bajo el reinado de un monarca Borbón, don Juan Carlos I, al que yo, personalmente, considero uno de los reyes más dignos que ha dado a España esta dinastía, considerada la más antigua que hoy reina en Europa.

Sin embargo, la dignidad que como Rey está mostrando don Juan Carlos, reconocida por todos los países que tienen algo que decir en el contexto internacional y que le han mostrado su respeto en cantidad de actos y ocasiones, no es óbice para que cuente, dentro de casa, con enemigos encarnizados.

Para el alcalde de Puerto Real (Cádiz), José Antonio Barroso (IU) nuestro Rey es, ni más ni menos, un "crápula", según manifestó en un acto público contra la figura del Rey, el día 14 de abril de este mismo año, aniversario de la II República española...

Para este primer edil gaditano, Don Juan Carlos es un "crápula" y un "hijo de corrupto" ("corruto" que diría Pepiño Blanco). "Juan Carlos I, tiene naturaleza corrupta porque lo es de condición, pero también lo es en lo personal". Por estas manifestaciones durante un arrebato republicano, el alcalde de Puerto Real está citado como imputado por un delito de injurias a la Corona, ante la Audiencia Nacional, a fin de que se “explique”. Pues no sé que más explicaciones quieren que de.

Federico Jiménez Losantos, director de “La Mañana” en la cadena COPE, se dirigió ayer al Rey, como “el sucesor de Franco”, que nada tiene de incierto ni de despectivo, a mi entender, pero que a algunos les ha sonado a cachondeo.

Trata este locutor, gran aficionado a los juzgados, de involucrar al Monarca en su lucha personal contra el juez Garzón (yo también tengo empeñada esa lucha) por su fijación en abrir una investigación sobre los supuestos crímenes del franquismo y se pregunta: “¿Qué dice el sucesor de Franco de que este tío se ponga a abrir fosas…?

Más tarde le toca el turno a la primogénita de los Príncipes de Asturias, y el ínclito parlador de la COPE manifiesta que a “Leonorín” le van a dar clases en el colegio de “educación para la tiranía”. Aquí yo creo que el andoba se pasó más de un pueblo, pues es de muy mal gusto, sientas lo que sientas por la Monarquía o por la República, hacer referencias a una niña de dos o tres años, sea hija del heredero de la Corona, o del propio Federico Jiménez Losantos.

Pero se puede ir más lejos aún. Un militar español quiere que se revise el proceso de la muerte del infante, Alfonso de Borbón, que falleció en 1956 en Estoril (Portugal) tras un disparo fortuito que le alcanzó la cabeza, y que salió de la pistola que manipulaba su hermano, el actual Rey de España, Don Juan Carlos. Quiere este militar que Portugal investigue esta muerte, por si pudo haber sido un homicidio imprudente o un asesinato.

A ustedes, esto podrá parecerles una locura, algo de novela negra, algo más perteneciente a lo irreal que a lo real. Pero es posible que cambien de opinión y les parezca lógico, al saber que este celoso militar español es, ni más ni menos que, el famoso coronel Amadeo Martínez Inglés.

Cada uno puede pensar lo que quiera, pero yo tengo muy claro que, hoy por hoy, la Monarquía española, bajo el reinado de Don Juan Carlos, es una de las instituciones más respetadas en el mundo, con sus defectos y sus virtudes.

Que hay muchos empeñados en destruirla, es un hecho evidente. Tienen la experiencia de las dos Repúblicas anteriores y saben perfectamente que en esas aguas revueltas pescan a gusto.

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