España debe ser respetada por muchas razones, y debe tener un trato y una consideración, por lo menos, igual que el resto de los países de su entorno. Una de las poderosas razones para respetarla y admirarla, es su historia. España ha demostrado que sabe, sin ayudas a favor y con muchas en contra, superar todos los contratiempos que se le han presentado a través de los siglos.
España regaló al mundo un “Nuevo Mundo”, a costa de muchas vidas y sacrificios, y llevó la civilización cristiana y europea a un inmenso continente donde el resto de los países no tardaron en buscar la ampliación de sus imperios.
Pudo hacerlo mejor y peor, pero ahí está su gesta. Comparen, por ejemplo, las gestas españolas con las inglesas, y pónganlas en la balanza de la historia. ¿Cómo pueden llamar a España racista, quien hizo tabla rasa de toda una nación?
Dos indecentes bofetadas hemos llevado hoy en un rostro que sabe encajar, pero que también tiene que saber defenderse. Inglaterra pone el “veto” al estadio Santiago Bernabeu, por racistas, cuando sus “holigans” han sembrado la muerte por más de un estadio de Europa. La “pérfida” vuelve con las suyas. “La zorra perderá el rabo, pero no las costumbres.
Por otro lado la UEFA, sanciona injustamente, desproporcionadamente, y con sectarismo inigualable, al estadio Vicente Calderón con dos partidos por unos conflictos de los que, para colmo, culpa a la policía española. Esto es una afrenta difícil de digerir y ante la cual debe haber una respuesta contundente.
Yo no sé si esa respuesta saldrá del Gobierno, no lo sé….Pero, si no es así, España tiene organismos y estamentos independientes y de prestigio internacional que deben hacerse oír.
Para mí, mi país se merece el mayor de los respetos, y cuando se le ofende como se le está ofendiendo, la respuesta tiene que ser inmediata y con un par.
El hacer el payaso por el mundo trae estas consecuencias que no debemos consentir.
El deporte español pesa mucho. En ciclismo, fútbol, tenis, automovilismo, y otras muchas disciplinas damos envidia a medio mundo. Pero eso, nuestros deportistas se lo han trabajado y han cosechado los justos resultados.
Si quieren humillarnos, háganlo derrotándonos en las canchas, en la arena y en el asfalto, pero no intenten hacerlo con resoluciones cobardes, medidas indignas y berrinches de niños.
Ya es hora de que a España se la respete. Con éste o con cualquier Gobierno. España está muy por encima de cuatro cantamañanas que ocupan, pasajeramente, una poltrona.
España en el deporte