El gobierno municipal llanisco ha caído en una dinámica peligrosa y propia de regímenes al más puro estilo de los soviet que controlaban a las poblaciones de los países del desaparecido bloque comunista del este de Europa. No existen grandes diferencias de actuación, salvo que aquí hay que adaptarse, no hay otra, a cumplir determinadas normas democráticas que recoge la Constitución y amparan algunos organismos cuyo control escapa a sus manos.
De todos es sabido y admitido, salvo por los que ejercen como tales, que por nuestras calles, por los bares y por otros establecimientos públicos y privados, se mueven personajes que asumen misiones de verdaderos comisarios políticos, absurdas e infantiles policías secretas que escuchan, toman nota y sirven la información deseada a los barandas que, de forma irresponsable, fomentan estas actividades y tratan de beneficiarse de ellas.
Es un auténtico ambiente de checas el que se vive en Llanes y, créanme, no exagero la nota lo más mínimo. Muchos de los que puedan leerme, quieran o no quieran admitirlo, saben que es así y que la situación permanece por la cobardía de muchos y el pasotismo de otros. Yo, que no tengo ningún miedo a hablar de lo que me venga en gana, siempre procurando no faltar en lo personal a nadie, he vivido situaciones en que, con una seña que apuntaba hacia determinado personaje, se me aconsejaba callar. Justo lo preciso para elevar más mi voz y agudizar las críticas a determinadas actuaciones municipales.
El gobierno socialista de Llanes, ya lo he manifestado en distintas ocasiones, no gobierna para el pueblo. Todo lo contrario, gobierna contra el pueblo y el pueblo es su enemigo por naturaleza. De la misma manera, gran parte del pueblo, esa parte a la que se le niega el agua y el pan y al que, como mucho, se le aplica la legislación vigente, tiene al ayuntamiento como su potencial y peor enemigo.
Esta situación se ha ganado a pulso, precisamente por los responsables de todo lo contrario. Por los que tienen la sagrada responsabilidad de mantener la unión, la armonía y, consecuentemente, el progreso y bienestar de los pueblos. ¿Qué más se puede decir?
Esto no es lógico dentro de un sistema que se dice democrático. Esto es una barbaridad que produce sonrojo y que, desgraciadamente, está caracterizando injustamente a un pueblo noble y laborioso.
En los pueblos, villas y ciudades, no puede, ni debe ser el gobierno municipal quien asuma todas las iniciativas y quien tenga la exclusiva de pensar y materializar proyectos. Existen colectivos y asociaciones cuyos objetivos son tan dignos y válidos como los que pueden dimanar del gobierno del municipio y que, si no son ayudados y potenciados, que sería lo más razonable, en el desarrollo de sus actividades, al menos deben ser respetados, porque de ellos forman parte personas que se merecen, a priori, todo tipo de consideración.
No existe en este municipio ninguna asociación o colectivo -y no voy a citar nombres, pues en el conocimiento y mente de todos están- que haya sido admitida por el todopoderoso gobierno local como benefactora de las actividades municipales, salvo que haya jurado adhesión incondicional a su superior jerarquía. Al resto se las encuadra por el ayuntamiento en el tan traído y llevado “frente del NO” en el que se escudan para lavar sus propias mugres.
Llanes está en la situación que está, debido a la incompetencia manifiesta y a la fiebre autoritaria que de forma crónica sufren sus dirigentes.
Hoy se ha visto claramente en el pleno extraordinario que trataba del plan de Feve para la construcción de puentes que eviten algunos pasos a nivel y que afecta a los pueblos de San Roque del Acebal, Puertas de Vidiago, Riegu, Vidiago, La Galguera y Soberrón. La oposición al proyecto por parte de una asociación vecinal “Fuente Grande” que representa a todos los pueblos citados, no ha sido fuerza suficiente para que el gobierno municipal no votase a favor del proyecto de Feve. Los pueblos de su concejo poco importan al ayuntamiento llanisco y, ante esto, cabe preguntarse, como siempre, cual será la contrapartida a obtener.
Ni estudios de impacto ambiental, ni información pública, ni posibilidad de alegar en contra, nada de nada. Aquí lo único que hay es rodillo y más rodillo, empecinamientos y atropellos. Razonamientos, diálogo, sentido común y democracia, son valores que no cotizan.
Pues a joderse tocan. Por cierto ¿conocen la solución…..? Pues eso….
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