jueves, 21 de agosto de 2008

BARAJAS "ZONA CERO"

Quizá sea exagerado en este momento concluir en que el accidente aéreo ocurrido ayer en Barajas, protagonizado por un MD-80 de la compañía Spanair, ha sido la consecuencia final y trágica de la crisis interna que viene sufriendo esta compañía. Es posible que sea una conclusión acelerada y desprovista de argumentos suficientes que avalen la hipótesis.

No vamos a entrar, ni mucho menos, a analizar las posibles causas técnicas que han podido llevar al siniestro a la aeronave que arrastró dentro de ella, como inmenso y tétrico ataúd, a 153 personas a la muerte. Para eso no dan mis nulos conocimientos en la materia, ni creo que los de la inmensa mayoría de particulares y profesionales de la información que dan sus opiniones al respecto con una ligereza y una prepotencia que impresiona.

Sin embargo existen hechos constatados y preocupantes, relacionados con Spanair que pueden pesar muy seriamente sobre las supuestas responsabilidades incumplidas de la compañía aérea.

Se sabe, porque son datos públicos, que sus pérdidas económicas son cuantiosas y que durante el presente año siguen aumentando de forma alarmante. La propia compañía Spanair, perteneciente al grupo escandinavo SAS, estaba pretendiendo llevar a cabo determinadas y complejas medidas encaminadas a nivelar su déficit en la cuenta de resultados, medidas que pasaban, entre otras, por una fuerte reducción de plantilla que vendría a afectar a más de mil trabajadores de todas las escalas y niveles y que, en opinión de expertos, podría afectar a la seguridad de las aeronaves, cuestión que hizo lanzar a los pilotos, pocas horas antes del fatal accidente, graves acusaciones contra la dirección de la compañía.

Curiosamente, la empresa se disponía a despedir al copiloto del vuelo siniestrado en un plazo de un mes y medio, lo que hace suponer que su estado anímico para compartir la responsabilidad de un vuelo, no fuese la más idónea. Los propios pilotos tenían que realizar funciones de mecánicos y el SEPLA (Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas) lleva meses denunciando la falta de personal de mantenimiento y el estrés a que está sometida la plantilla de Spanair, de la que se pretendía volase más horas.

Revisando y analizando todas estas cuestiones, productos indudables de la crisis que la empresa venía sufriendo, y alejándonos de cuestiones técnicas, parece claro que existe una seria responsabilidad empresarial en este caso que constituye una de las mayores tragedias de la aviación española.

Spanair es, sin duda, una aerolínea en estado claro de descomposición que, cuando menos, tenía que estar bajo fuerte y estrecha vigilancia de los organismos superiores competentes.

Esto no se ha hecho así y, una vez más, tenemos que lamentar el resultado de una dolorosa tragedia y que una compañía aérea que no estaba en condiciones de prestar servicios de vuelo con las mínimas garantías lo viniese haciendo porque algunos estamentos, incluso gubernamentales, no supieron cumplir con su deber.

Ahora no se trata de utilizar a los muertos –como gustan de acusar algunos para sacudirse responsabilidades- para objetivos políticos o de otra índole. Esa bajeza ya la cometieron otros, y no hace tantos años, utilizando una cobarde matanza en beneficio partidista. Ahora de lo que se trata es de exigir responsabilidades a quien las tenga, tras el total esclarecimiento de los hechos.

Pero mucho me temo que ni los hechos se van a esclarecer, ni nadie va a tener que asumir responsabilidades porque, sencillamente, no existirán. Algo muy propio de este país.

Desde el famoso informe Picasso que quiso depurar las responsabilidades del Desastre de Annual sin conseguirlo, no hubo en España una comisión de investigación que aclarase nada de nada, y mucho menos cuando entre los posibles responsables pueden encontrarse altas personalidades del Estado.

De esta tragedia, y me es doloroso decirlo, van a comer muchos, se va a escribir mucho y no se va a lograr nada. Lo único que no me gustaría, es estar en el pellejo de algunos directivos de la línea aérea. Algunos de ellos, aunque no de muy arriba, si van a llevar caña de verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, utiliza en tus comentarios la educación y el respeto.