sábado, 5 de septiembre de 2009

GOBERNAR "CONTRA" EL PUEBLO

"Lo justo y lo injusto no son producto de una mayoría de votos, sino de la ley"



Yo no creo que determinados colectivos vecinales de Llanes, ni de ningún otro sitio, estén tan lejos de la realidad que les conviene como para merecer el desprecio, en todos los órdenes, que les manifiesta el gobierno municipal.
Tampoco sé en que consiste ese tipo de terrorismo, calificado de “administrativo” que dicen que ejercen personas o colectivos que no tienen en sus manos la administración del ayuntamiento, pero que tienen la lógica preocupación por el bienestar y conservación de sus territorios vecinales. Está superclaro que en el concejo de Llanes no se respira un ambiente fresco y puro de libertades, ni de auténtica democracia; ni política ni administrativa. Eso es algo de lo que no hay que convencer a mucha gente, aunque lo asuman con resignación vergonzosa. Se palpa y se sufre todos los días.
Yo, ya lo he comentado en distintas ocasiones, en este medio y en otros: Cuando la ciudadanía se ve agredida y sin amparo de los que debieran proporcionárselo, no tienen más salida que buscarse su propia defensa, y esa es la razón de que surjan colectivos y asociaciones que, uniendo personas, traten de poner freno a lo que ellos consideran abusos, desmanes e injusticias de nuestros gobernantes de turno. Este tipo de colectivos nacen al amparo de la ley. No de la ley que entiende el gobierno municipal, sino de la ley que nos ampara al conjunto de los ciudadanos del Estado español por igual, seamos de derechas, de izquierdas o de cualquier otra ideología. No lo entienden así nuestros gobernantes, ni mucho menos nuestra alcaldesa ni nuestro delegado del gobierno en Asturias. Ellos tienen la exclusiva de la participación ciudadana en asuntos políticos y sociales, y le niegan, rotundamente, ese derecho a cualquiera que lo intenta al margen de su religión y de su exclusivo autoritarismo. ¿Qué podría importarle a un gobierno municipal la existencia de este tipo de asociaciones, si no tuviera nada que ocultar y todo cuanto realizase fuese conforme a la ley y a la normativa local? Yo pienso que nada. Entonces ¿Cuál es la causa, no ya de su contrariedad, sino de su visceral rechazo a este tipo de colectivos, incluido un partido político como el PP que forma parte del pleno municipal, con siete concejales y más de tres mil votos de ciudadanos? Pues eso me estoy preguntando yo hace bastante tiempo y sólo encuentro una respuesta: su repudio a la democracia y su rechazo frontal a la participación ciudadana en la vida pública, lo cual tiene que esconder poderosas razones que, al menos yo, las ignoro.

La democracia es una forma de organización de grupos de personas, cuya característica predominante es que la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva de los miembros del grupo. En sentido estricto la democracia es una forma de gobierno, de organización del Estado, en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que le confieren legitimidad a los representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que todos sus habitantes son libres e iguales ante la ley y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales. La democracia se define también a partir de la clásica clasificación de las formas de gobierno realizada por Platón primero y Aristóteles después, en tres tipos básicos: monarquía (gobierno de uno), aristocracia (gobierno de pocos), democracia (gobierno de la multitud para Platón y "de los más", para Aristóteles). Hay democracia directa cuando la decisión es adoptada directamente por los miembros del pueblo. Hay democracia indirecta o representativa cuando la decisión es adoptada por personas reconocidas por el pueblo como sus representantes. Por último, hay democracia participativa cuando se aplica un modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita a la ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios. Estas tres formas no son excluyentes y suelen integrarse como mecanismos complementarios. Ésto es la auténtica democracia, y ésto es lo que niega a sus ciudadanos el ayuntamiento de Llanes, representado por su alcaldesa, doña Dolores Álvarez Campillo. La señora alcaldesa se atreve a hablar de “terrorismo administrativo”, cuando en su equipo de gobierno hay concejales que amenazan y coartan las libertades personales y asociativas. Y sino, que se lo pregunten a la asociación vecinal “La Joguera de Celorio”. Eso sí es "terrorismo administrativo". La amenza al más puro estilo mafioso. El llamado por ella “Frente del NO”, no es, ni más ni menos, que el ejercicio de los ciudadanos a sus derechos constitucionales y democráticos. No es, ni más ni menos, que el derecho de los ciudadanos a asociarse y ejercer su libertad reconocida en la Constitución española y que la alcaldesa pretende ignorar y repudiar.

Lo que está pasando estos días con la playa de Antilles, en Cué; como los puentes elevados que se pretenden construir -con el amparo del gobierno municipal- para evitar el ferrocarril en elgunos puntos del concejo, en contra de la opinión de una importante mayoría de ciudadanos; como el cierre del colegio de la ESO en Posada; como el cierre del cruce de la Arquera, como el flagrante deterioro del entorno de los bufones de Pria, con su beneplácito, y un largo etcétera de ejemplos de lo que es gobernar “contra un pueblo”, es el modo que el gobierno municipal llanisco tiene de agradecer la confianza que, en su día, se le otorgó.

Ya lo dijo Manuel Azaña hace muchos años: “el pueblo es adoquín y está para pisarlo”.

La filosofía de estos gobernantes actuales, no varía mucho, sólo que estos saben bien “contra quien gobiernan” y que, además, se lo van a seguir agradeciendo.

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