domingo, 5 de abril de 2009

ENTRAMOS EN MEDITACIÓN


"Mi precio fueron treinta monedas de plata que sólo sirvieron para comprar un huerto en el que se ahorcaría, horas más tarde, aquel pobre discípulo, al que tanto amé, y que me entregó con un beso..."





Yo soy un cristiano malo. Malo. Bastante malo. Presumo de serlo, pero sé que incumplo casi todas las normas para ello. Voy poco por la iglesia, aunque presumo de ser hijo de la Iglesia. Al final, yo también seré un "sepulcro blanqueado". En definitiva, un fariseo. Sí, lo reconozco y lo admito.
Ahora llega la Semana Santa y quisiera, si soy capaz, purgar de alguna forma, un poco, estos desvaríos de mi comportamiento.

Mañana, Domingo de Ramos, trataré de empezar a comportarme como una buena persona. Fíjense que no digo "como un buen cristiano". Eso sería mucho decir.

Les voy a contar algo muy íntimo: Cuando mis hijos eran crios, les compré una "Biblia" de varios tomos en "comics". Los dibujos eran peciosos, pero no sé si mis hijos miraron alguna vez para ellos.

Yo nunca les insistí. De la misma manera que nunca les dije, ni les aconsejé, años más tarde, a quien tenían que votar, o dejar de votar. Es más, hoy en día no sé a quien votan...No me importa, es su personal criterio y son dueños de sus opiniones.

Pues esos tomos de la "Biblia", en comics, los repaso yo, año tras año, por la Semana Santa. Me sirven para recordar lo que nunca se debe olvidar. Me acercan a Cristo y, por unos días, me siento más identificado con Él. Por unos días, aunque sólo sea, pienso más en Él y, se lo aseguro, me siento mejor. Me siento más fuerte y me tengo por alguien.

Para mí, la figura de Cristo, machacado y despreciado, me da ánimos. Me sugiere cosas importantísimas: Un hombre escupido y menospreciado por toda la élite de su tiempo. Un hombre que, a pesar de ser Dios, tal como reconocemos muchos, no empleó el poder. Sólo quiso emplear la razón, pero ¿qué se entendía en su tiempo, y ahora, por "la razón?

¿Quien triunfa en este mundo actual con la "razón"? ¿Conocen ustedes a alguien? Pues yo tampoco.

No han cambiado mucho las cosas. Las personas tampoco. Por eso, la figura de Cristo sigue vigente. Por eso, para mí, sigue siendo una referencia inigualable.

Pilatos le preguntó: ¿Tú eres Rey? Y, Jesús le respondió: ¿Eso, me lo preguntas por tí mismo, o te lo han dicho otros de mí....?

Pues eso. Pregunta por lo que tú estés convencido. Déjate de lo que digan los demás. Asume tus criterios, aunque sean incómodos. Sufre lo que tengas que sufrir, si estás dispuesto a ello. Hoy te crucificarán. Mañana brillará el sol y saldrá la verdad. Pasarán meses, años. Quizá para entonces ya no estemos aquí. Pero estarán nuestros hijos y nuestros nietos, y ellos se embriagarán con la satisfacción de la razón de sus padres y abuelos. Esa es mi esperanza y mi ilusión. Ese es el precio que yo pongo a mi lucha. No hay otro.

Mañana iré a misa. Miraré a Cristo a la cara y no sé si le podré sostener la mirada. Pero le pediré fuerzas para que me permita no dejar de ser lo que soy. Yo creo en la verdad, en la verdad que Él nos enseñó. Lo creo así, y así soy feliz.

Jesús, el Cristo, entró en Jerusalem entre aclamaciones y palmas de triunfo. A los pocos días lo crucificaron de la forma más baja y más inhumana que se pueda imaginar.

¿No creen ustedes que no es para tomar nota en los tiempos actuales? Pues algunos no lo creen así. Peor para ellos....


"LOS PEKENIKES" (Basado en "La Pasión, según San Juan") de Juan Sebastián Bach





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, utiliza en tus comentarios la educación y el respeto.