lunes, 2 de marzo de 2009

LA RESACA ELECTORAL

(Zapatero y Patxi López. Ellos tienen la palabra.)
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Hoy, día de resaca tras los comicios electorales de Galicia y Euskadi. Día de pocas palabras y mucho examen de conciencia, por parte de los políticos. Hoy, sin descanso, hay que empezar a pensar aunque, quizá, todo esté pensado ya. Pensado y firmado, vaya usted a saber.

Por lo que a Galicia respecta, no hay ninguna complicación. Núñez Feijoo ha obtenido una rotunda y clara victoria para el PP, y no va a precisar de ningún apoyo para gobernar, ni de ningún pacto incómodo. Galicia, por lo general, no se complica la vida y cuando habla, lo hace alto y claro. Hace cuatro años se quedó corta en su apoyo al PP, pero esta vez les ha resarcido con creces.

Lo de Euskadi tiene, por el contrario, mucha más miga. Es una situación muy compleja la que se ha creado tras los resultados electorales y se perfila harto complicada. El PNV, ha ganado las elecciones con 30 escaños, frente a los 24 del PSE y los 13 del PP. El resto de partidos a los que se les han otorgado escaños, no van a influir, en ningún sentido, en los distintos pactos o acuerdos en que se pueda llegar entre las tres fuerzas mayoritarias.

Es la primera vez, en veinticuatro años, que se presenta en Euskadi la oportunidad de formar un gobierno no nacionalista y eso podría redundar en beneficio del conjunto nacional y, quizá, hasta de la propia Euskadi.

Hay dos cosas dignas de resaltar: Primera: Euzkadi no se ha expresado con claridad. Por un lado, le da la victoria al PNV y, por otro, el número de escaños obtenidos por el conjunto de los partidos concurrentes a las elecciones, demuestra que la ciudadanía euskalduna, desea una pasada por un gobierno presidido por partidos constitucionalistas.

Segunda: Cualquier pacto al que pueda llegar el PNV, con cualquiera de los otros dos partidos mayoritarios y constitucionalistas, pasaría porque la Lehendakariza siguiese en manos de Ibarretxe y, entonces, nos llega la pregunta del millón: ¿Estaría dispuesto Patxi López a renunciar al cargo ahora que lo ve en la mano?

Muchas posibilidades se barajan, pero las cartas tardarán en caer sobre el tapete.

Una hipotética unión de PSE, PP y UPyD –o sin UPyD- desbancaría a Ibarretxe, pero esa unión no debería tener ese único, aunque importante, objetivo. Esa unión debe tener muy claras las posibilidades de un gobierno de entendimiento y de resultados eficaces que sea capaz de hacer frente a los graves problemas que la comunidad autónoma tiene planteados, entre los cuales, y según mi personal criterio, no son los peores los económicos.

A Zapatero se le presenta, en el supuesto de que toque pito en esta fiesta, una papeleta más que complicada y, precisamente esto, es lo que a mí me da miedo pues el personaje en cuestión, ante dificultades de este tipo, mengua, no se crece, y muy rara vez ha sido capaz de superarlas.

El PP ya lo ha manifestado. Todo es cuestión, lógicamente, de hablar y llegar a acuerdos pero, en todo caso, estaría dispuesto al diálogo y a formar parte de un gobierno presidido por Patxi López como nuevo Lehendakari.

Los nacionalismos, como ya manifestó hoy el “Honorable Jordi Pujol” no lo verían con buenos ojos, pues han visto en estos dos comicios, gallegos y vascos, como los nacionalismos pierden terreno y no les queda otra que amenazar a Zapatero, el débil.

La política tiene oscuros recovecos. En política siempre existen soluciones idóneas para cualquier situación, y si no se buscan, si hay capacidad de buscarlas y encontrarlas.

Zapatero se ve ahora en una encrucijada muy difícil, aunque no debería ser así. Tiene ahora que elegir entre la constitucionalidad o los abusos nacionalistas, es decir, o PP, o PNV, o, por decirlo de otra manera más clara y más rotunda, ZP, debe elegir entre España o sus propios intereses de partido. Hasta ahora, a España se la ha pasado por el forro. Veremos a que carta se queda esta vez.

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