martes, 20 de julio de 2010

"EL CASO CASCOS": Cómo lo ve un militante de a pie.


"El miedo que tienes -dijo don Quijote- te hace, Sancho, que ni veas ni oigas a derechas, porque uno de los efectos del miedo es perturbar los sentidos." (El Quijote, Parte I)


Todo este follón que se ha montado en torno a la posible candidatura del ex ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, a la presidencia del Principado de Asturias está sacando a la luz, de forma clara, una patente división -sino ruptura- del PP asturiano que es muy anterior al anuncio de la posibilidad de esta candidatura.

Hablo de división, o ruptura, porque no se pude, aunque se quiera, obviar esta realidad que está en la calle, en los medios de comunicación y en el ánimo de gran parte de la militancia popular.

Álvarez Cascos, que yo sepa, nunca se manifestó abiertamente a favor de asumir la responsabilidad de esta candidatura y se limitó a dejar hablar a las bases del partido, a las juntas locales y, por supuesto a la dirección regional.

Se da la triste circunstancia de que la gran mayoría de las pequeñas juntas locales son favorables al regreso del ex ministro para ser candidato a la más alta magistratura autonómica, mientras que las de las grandes poblaciones (Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres), con el respaldo de la dirección regional del partido, se oponen frontalmente.

Esta situación, sin duda, da que pensar. A Álvarez Cascos no le quieren ver por aquí los “gordos”, los que tienen algo que perder (o temen perder algo). El rechazo frontal por parte de la cúpula del partido, deja claro el miedo que se le tiene y, entonces, es cuando hay que preguntarse el por qué, y es cuando salen las suspicacias y cuando la gente comienza a hacer sus cábalas.

Yo creo que no se puede acusar a Álvarez Cascos de que sea una persona que siembre la desunión en el PP, por el simple hecho de que una gran parte de la militancia y de los votantes le estén pidiendo que regrese a la política y sea el candidato a las próximas elecciones. Para mi, los que crean desunión y dividen son los que se ha puesto a temblar con su hipotético desembarco en la política asturiana.

Otro dato muy importante a tener en cuenta es la falta de claridad en las actuaciones del comité electoral provincial, tras la denuncia de uno de sus componentes que asegura, en carta personal a Mariano Rajoy, que su firma fue falsificada en el comunicado suscrito para rechazar la posible candidatura de Álvarez Cascos.

Estas situaciones, para mi, son las que dividen. Estas situaciones son las que crean escepticismo entre las gentes (la inmensa mayoría, las que sólo votan).

Cascos puede tener su grado de soberbia, pero siempre ha demostrado su eficacia. Puede no ser muy simpático, pero ha estado muchos años en política manejando enormes presupuestos y, si se le escarba en los bolsillos, no se le encuentra ni polvo de bicarbonato.

Yo no digo que a otros se les pueda encontrar algo, pero si digo que antipáticos y soberbios son también los que se atribuyen la facultad de juzgar quien es, o no, un candidato idóneo. Y todo ello sin haber demostrado, durante su carrera política, ni un gramo de eficacia.

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