viernes, 20 de enero de 2012

HACIA ADENTRO, HACIA ADENTRO...





Yo navego mi mar en una nave
destartalada y hueca.
Una nave en precario, a la deriva,
una nave desierta.
Yo no marco ni ruta, ni destino,
ni enarbolo bandera,
y no mantengo afiliación ninguna.
Navego sin más norte
que el capricho del viento.
Yo solo voy a bordo de mi nave.
No tengo capitán, ni marineros.
Yo envergo las cangrejas y los foques
y solo doy las órdenes, y presto
con férrea disciplina me obedezco.
Los violines del viento me susurran
y, en las noches, me cantan las sirenas.
Y embriagado de sueños ilusorios
me abandono, feliz, en la cubierta.
Yo no temo tormentas, ni arrecifes,
cortantes ni salientes.
Yo "largo avante" y miro al horizonte.
No busco tierra, es el mar mi amigo
que un día, feliz, me posará en un puerto,
en un un puerto olvidado. Varadero
muy lejos de los puertos.
Navego mar, y mar y mar adentro..
No quiero ver la tierra, y si la encuentro,
haré virar y reventar las velas
henchidas por los vientos.
Y ordenaré, gritando desde el puente:
¡¡Hacia adentro!! ¡¡Hacia adentro!!
Y seré yo quien rígido gobierne
aferrado al timón.
Daré cara a las olas y a los vientos.
Y trataré de enderezar mi nave
precaria, ruín, destartalada y hueca.
Y enfilaré la proa y gritaré a los vientos:
¡¡Hacia adentro!! ¡¡Hacia adentro...!!!

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