Hoy no es un día para volverse loco ni para echar, alegremente, las campanas al vuelo. Es un día para la serenidad y para la seriedad. Es un día al que le debemos dedicar unas horas de meditación y de reflexión, de análisis serio y sereno, a la conceptualización de las palabras que conforman el tan cacareado comunicado de ETA en el que anuncia el cese de su actividad armada.
Un refrán popular dice que "el que pierde una vaca y encuentra un cuerno, no lo pierde todo" y aquí, de alguna manera, podemos aplicar esta filosofía. Lo que ocurre es que con un cuerno, la cabaña queda igual de huérfana. Es mejor que ETA deje de matar a que siga con su beligerancia amargando la vida de muchos españoles pero, indudablemente, esto no es suficiente.
Desde ayer se han dicho y se han escrito muchas cosas, coherentes e incoherentes; optimistas y pesimistas; interesadas y desinteresadas. Se ha hablado y escrito mucho sin pensar ni analizar. ¿Quien tiene razón? Eso, el tiempo nos lo contará. Yo, por mi parte sólo pretendo aquí, como otros ya lo han hecho, exponer mi opinión y criterio, después de haber escuchado las primeras opiniones de los supuestos expertos que han inundado los periodicos, las televisiones y las cadenas de radio, de conceptos contradictorios y poco meditados.
Lo primero que quiero dejar claro es mi incondicional adhesión a todas las victimas que esta banda de asesinos dejó sembradas por el suelo español, tanto muertos como heridos marcados de por vida.
Quiero, asimismo, manifestar mi escepticismo sobre el comunicado de ETA. Una vez leído y releído, yo interpreto sus intenciones simplemente como una de tantas treguas que los asesinos han venido ofreciendo a traves de su sangrienta historia y que ellos mismos, una vez rearmadados y reorganizados se encargaron de violar.
ETA no se rinde ni se disuelve; ni entrega las armas ni se arrepiente de nada; no pide perdón y, si me apuran, se presentan como víctimas de una guerra de opresión que ha venido a justificar sus actividades criminales. Si han leído detenidamente su asqueroso comunicado, habrán podido sacar en conclusión que todo lo expuesto está condicionado a un "proceso de diálogo entre los gobiernos de España y Francia para abrir un proceso de diálogo directo que tenga por objetivo la resolución de las consecuencias del conflicto y, así, la superaciconfrontación armada". ¿Confrontación armada? ¿Esto que quiere decir? Yo interpreto que si este llamado por ellos "proceso de diálogo" no llega a producirse, se iría al traste el cese de la actividad armada.
Después de la trayectoria macabra, falsa y asquerosa de esta banda de asesinos durante más de cuarenta años ¿quien puede creerles nada? Y, sin ponerlos, ni mucho menos, a su mismo nivel ¿quien puede creer a ningún gobierno en cuestiones como ésta, cuando han dicho pocas o ninguna verdad?
¿Cómo puede decir el, posiblemente, nuevo presidente del gobierno de España, don Mariano Rajoy, que toda esta "generosidad" de ETA, es gratis; que no va a tener ninguna concesión? Es que aquí, unos matan y mutilan, roban y extorsionan y otros te llaman gilipollas. Eso sí, de forma muy sutil.
Lo siento, pero no me lo creo. Es más, creo que es otra trampa que se vuelve a tragar no sé por qué razón. ¿Hay algún interés oculto? Siempre he pensado que sí.
Bien, este es mi criterio que no pretendo que compartan ni que acepten. Es el mío, el cual expongo al amparo de mi derecho, como español, a la libertad de expresión.
Un refrán popular dice que "el que pierde una vaca y encuentra un cuerno, no lo pierde todo" y aquí, de alguna manera, podemos aplicar esta filosofía. Lo que ocurre es que con un cuerno, la cabaña queda igual de huérfana. Es mejor que ETA deje de matar a que siga con su beligerancia amargando la vida de muchos españoles pero, indudablemente, esto no es suficiente.
Desde ayer se han dicho y se han escrito muchas cosas, coherentes e incoherentes; optimistas y pesimistas; interesadas y desinteresadas. Se ha hablado y escrito mucho sin pensar ni analizar. ¿Quien tiene razón? Eso, el tiempo nos lo contará. Yo, por mi parte sólo pretendo aquí, como otros ya lo han hecho, exponer mi opinión y criterio, después de haber escuchado las primeras opiniones de los supuestos expertos que han inundado los periodicos, las televisiones y las cadenas de radio, de conceptos contradictorios y poco meditados.
Lo primero que quiero dejar claro es mi incondicional adhesión a todas las victimas que esta banda de asesinos dejó sembradas por el suelo español, tanto muertos como heridos marcados de por vida.
Quiero, asimismo, manifestar mi escepticismo sobre el comunicado de ETA. Una vez leído y releído, yo interpreto sus intenciones simplemente como una de tantas treguas que los asesinos han venido ofreciendo a traves de su sangrienta historia y que ellos mismos, una vez rearmadados y reorganizados se encargaron de violar.
ETA no se rinde ni se disuelve; ni entrega las armas ni se arrepiente de nada; no pide perdón y, si me apuran, se presentan como víctimas de una guerra de opresión que ha venido a justificar sus actividades criminales. Si han leído detenidamente su asqueroso comunicado, habrán podido sacar en conclusión que todo lo expuesto está condicionado a un "proceso de diálogo entre los gobiernos de España y Francia para abrir un proceso de diálogo directo que tenga por objetivo la resolución de las consecuencias del conflicto y, así, la superaciconfrontación armada". ¿Confrontación armada? ¿Esto que quiere decir? Yo interpreto que si este llamado por ellos "proceso de diálogo" no llega a producirse, se iría al traste el cese de la actividad armada.
Después de la trayectoria macabra, falsa y asquerosa de esta banda de asesinos durante más de cuarenta años ¿quien puede creerles nada? Y, sin ponerlos, ni mucho menos, a su mismo nivel ¿quien puede creer a ningún gobierno en cuestiones como ésta, cuando han dicho pocas o ninguna verdad?
¿Cómo puede decir el, posiblemente, nuevo presidente del gobierno de España, don Mariano Rajoy, que toda esta "generosidad" de ETA, es gratis; que no va a tener ninguna concesión? Es que aquí, unos matan y mutilan, roban y extorsionan y otros te llaman gilipollas. Eso sí, de forma muy sutil.
Lo siento, pero no me lo creo. Es más, creo que es otra trampa que se vuelve a tragar no sé por qué razón. ¿Hay algún interés oculto? Siempre he pensado que sí.
Bien, este es mi criterio que no pretendo que compartan ni que acepten. Es el mío, el cual expongo al amparo de mi derecho, como español, a la libertad de expresión.
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