Cuando empieza a soplar el viento,
algunos corren a esconderse
mientras otros construyen molinos de viento.
Ya van por 37 (al principio iban a ser 25) los empresarios españoles citados por Zapatero a una reunión para tratar con ellos la grave crisis por la que atraviesa el país. No tiene muy claro el Presidente del Gobierno quienes, ni cuantos, son los empresarios con los que se debe hablar en España. La verdad es que tiene claras pocas cosas, salvo que quiere seguir en la poltrona a costa de lo que sea.
¿Qué va a transmitirle Zapatero a estos empresarios? ¿Qué va a pedirles? ¿Qué les puede contar que ellos ya no sepan? Y, sobretodo, ¿qué les va a ofrecer a cambio de su hipotético apoyo?
Hablar, sin duda, es bueno. Ya lo decía Churchill: “vale más hablar y hablar, que guerrear y guerrear”. Pero cuando se habla y se negocia, las partes no pueden, de forma unilateral, pretender tener toda la razón ni obtener todos los beneficios. Yo no sé si Zapatero es capaz de comprender y asumir esta cuestión pues parece que se cree en posesión de la verdad absoluta y no presenta signos de dar a torcer el brazo.
Los empresarios, sobre todo los banqueros, llegan a esta cita sin mayores lastres, ni granos en el culo. Siguen obteniendo beneficios cuantiosos, como ocurre durante todas las crisis nacionales, y calculo yo que no pondrán en mayores apuros al Presidente. Quizá hasta le ofrezcan apoyos que luego no cumplirán pero que servirá para que siga dejándoles las manos libres. Hay otros sectores del empresariado que sí las están pasando más moradas y que pueden ser los que pongan en ciertos apuros al convocante.
A esta reunión se debe ir con un único objetivo: el bienestar de España. Y para ello deben dejarse de lado intereses particulares por ambas partes. No se puede llegar allí con la exclusiva finalidad de prolongar en el tiempo una agonía que a nadie puede beneficiar, salvo a la desmedida ambición política personal, y a la ladina y taimada sed de beneficios a cualquier precio, ocurra lo que ocurra.
Si se habla de patriotismo, hay que predicar y dar ejemplo con patriotismo. No mentir; ser realista y asumir responsabilidades con valentía y humildad. Pero ¿Quién es capaz de hacerlo hoy en España?
La calle, la ciudadanía, está inquieta. No sólo es el PP (tildado de antipatriota por el Gobierno, como ya lo hizo cuando denunciaba la crisis en la que España se estaba sumiendo y que ellos negaban con una cara más dura que el granito) ni determinados medios de comunicación. Son los inversores, los dueños del dinero los que pliegan y retiran sus inversiones de la Bolsa española. El “Ibex 35” alcanza bajas históricas y la “Prima de Riesgo”, que exterioriza la solvencia de la deuda española, está en mínimos, aunque, en este aspecto, haya que hablar de máximos (250).
Cinco millones de desempleados claman al Cielo por un puesto de trabajo, una vivienda digna y un porvenir para sus hijos. Se puede hablar de coyunturas históricas y de crisis mundiales. Se puede decir que no somos nosotros los únicos. Ahí está Grecia, Irlanda. Ahí está Portugal y ¿nosotros, donde estamos?
Ante tal situación, son necesarias medidas gubernamentales basadas en el pragmatismo. No en ideologías políticas románticas agotadas y sobradamente demostrados sus fracasos.
España necesita políticas serias. Necesita políticos serios, no comediantes. España necesita, también, empresarios serios que luchen por su país.
No sé que saldrá de esta reunión de mañana. Me imagino que un documento bien redactado y una serie de principios que nunca se llevarán a efecto. Al final, nada de nada.
No hace muchos días, la fundación everis presentó al Rey de España un documento, que yo me he leído de “pe a pa”, en el que se señalan, claramente, aún con muchas lagunas, los males que hoy sufre España y algunas formas de ponerle freno. La prensa española, salvo algunos medios que no están subvencionados, no se ha hecho eco de tal informe. Para mi, este documento es lo más importante que se ha realizado en España desde los “Pactos de la Moncloa”.
Sin embargo ha pasado, prácticamente, desapercibido. Por eso creo que la reunión de Zapatero con estos 37 empresarios españoles de primera línea, será, de nuevo, un almuerzo de amiguetes que tendrá de anfitrión el peor presidente de la democracia española. Él, buscará seguir sentado año y medio más en el sillón de los que mandan: De los que mandan a España a la puñetera mierda. Los demás, sólo pedirán que los dejen tranquilos.
Ojala me equivoque y alguien tenga los suficientes cojones de decirle que el arreglo de España pasa por su dimisión inmediata y por la convocatoria de elecciones anticipadas. Pero, claro, eso es como creer en los Reyes Magos…
¿Qué va a transmitirle Zapatero a estos empresarios? ¿Qué va a pedirles? ¿Qué les puede contar que ellos ya no sepan? Y, sobretodo, ¿qué les va a ofrecer a cambio de su hipotético apoyo?
Hablar, sin duda, es bueno. Ya lo decía Churchill: “vale más hablar y hablar, que guerrear y guerrear”. Pero cuando se habla y se negocia, las partes no pueden, de forma unilateral, pretender tener toda la razón ni obtener todos los beneficios. Yo no sé si Zapatero es capaz de comprender y asumir esta cuestión pues parece que se cree en posesión de la verdad absoluta y no presenta signos de dar a torcer el brazo.
Los empresarios, sobre todo los banqueros, llegan a esta cita sin mayores lastres, ni granos en el culo. Siguen obteniendo beneficios cuantiosos, como ocurre durante todas las crisis nacionales, y calculo yo que no pondrán en mayores apuros al Presidente. Quizá hasta le ofrezcan apoyos que luego no cumplirán pero que servirá para que siga dejándoles las manos libres. Hay otros sectores del empresariado que sí las están pasando más moradas y que pueden ser los que pongan en ciertos apuros al convocante.
A esta reunión se debe ir con un único objetivo: el bienestar de España. Y para ello deben dejarse de lado intereses particulares por ambas partes. No se puede llegar allí con la exclusiva finalidad de prolongar en el tiempo una agonía que a nadie puede beneficiar, salvo a la desmedida ambición política personal, y a la ladina y taimada sed de beneficios a cualquier precio, ocurra lo que ocurra.
Si se habla de patriotismo, hay que predicar y dar ejemplo con patriotismo. No mentir; ser realista y asumir responsabilidades con valentía y humildad. Pero ¿Quién es capaz de hacerlo hoy en España?
La calle, la ciudadanía, está inquieta. No sólo es el PP (tildado de antipatriota por el Gobierno, como ya lo hizo cuando denunciaba la crisis en la que España se estaba sumiendo y que ellos negaban con una cara más dura que el granito) ni determinados medios de comunicación. Son los inversores, los dueños del dinero los que pliegan y retiran sus inversiones de la Bolsa española. El “Ibex 35” alcanza bajas históricas y la “Prima de Riesgo”, que exterioriza la solvencia de la deuda española, está en mínimos, aunque, en este aspecto, haya que hablar de máximos (250).
Cinco millones de desempleados claman al Cielo por un puesto de trabajo, una vivienda digna y un porvenir para sus hijos. Se puede hablar de coyunturas históricas y de crisis mundiales. Se puede decir que no somos nosotros los únicos. Ahí está Grecia, Irlanda. Ahí está Portugal y ¿nosotros, donde estamos?
Ante tal situación, son necesarias medidas gubernamentales basadas en el pragmatismo. No en ideologías políticas románticas agotadas y sobradamente demostrados sus fracasos.
España necesita políticas serias. Necesita políticos serios, no comediantes. España necesita, también, empresarios serios que luchen por su país.
No sé que saldrá de esta reunión de mañana. Me imagino que un documento bien redactado y una serie de principios que nunca se llevarán a efecto. Al final, nada de nada.
No hace muchos días, la fundación everis presentó al Rey de España un documento, que yo me he leído de “pe a pa”, en el que se señalan, claramente, aún con muchas lagunas, los males que hoy sufre España y algunas formas de ponerle freno. La prensa española, salvo algunos medios que no están subvencionados, no se ha hecho eco de tal informe. Para mi, este documento es lo más importante que se ha realizado en España desde los “Pactos de la Moncloa”.
Sin embargo ha pasado, prácticamente, desapercibido. Por eso creo que la reunión de Zapatero con estos 37 empresarios españoles de primera línea, será, de nuevo, un almuerzo de amiguetes que tendrá de anfitrión el peor presidente de la democracia española. Él, buscará seguir sentado año y medio más en el sillón de los que mandan: De los que mandan a España a la puñetera mierda. Los demás, sólo pedirán que los dejen tranquilos.
Ojala me equivoque y alguien tenga los suficientes cojones de decirle que el arreglo de España pasa por su dimisión inmediata y por la convocatoria de elecciones anticipadas. Pero, claro, eso es como creer en los Reyes Magos…
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