martes, 3 de febrero de 2009

EL GOBIERNO, LA BANCA Y LOS ESPAÑOLES

Ayer lo comentaba yo en esta página. Dadas las manifestaciones de la Asociación Española de Banca (AEB) en contra de las políticas gubernamentales de cara a la crisis económica y financiera que sufre España, algo estaban tramando las grandes entidades bancarias. Posiblemente, pensaba, querrán más dinero.
Tras la reunión de ayer, Banca-Gobierno, han quedado, casi a las claras, las pretensiones de los primeros. No han pedido, explícitamente, más dinero, pero han manifestado que no están dispuestos a invertir los miles de millones recibidos del Gobierno, en la concesión de créditos a familias y Pymes, si éste no comparte con ellos los riesgos que todo crédito conlleva. Es decir, que a parte de darles el dinero para prestar, quieren al gobierno como avalista. Es como ser puta y poner la cama sin cobrarla, y después, dejarse pegar.

Todo esto da mucho que pensar y la postura de la banca puede ser calificada como un chantaje puro y duro. La economía española no funcionará sin financiación a particulares y pequeñas y medianas empresas y la banca se niega de plano a abrir los grifos de esa financiación.

Y ¿qué dice el Gobierno? Pues ahí está lo preocupante. El Gobierno, de momento, no dice nada, por lo que hay que suponer que le empiezan a apretar por la zona "perendengal".

El Gobierno madrugó repartiendo mucho dinero a las entidades bancarias (¿?) porque en ello veía la solución para que la economía no se estancará y pudiese haber financiación.

La banca, al contrario que ayer, nunca manifestó su preocupación por las erróneas políticas del Gobierno de cara a atajar la crisis. "Trincó la panoja" y se calló. Ni prometió, ni dejó de prometer.

España veía, medio atónita, como los que mandan repartían a los que más tenían y recomendaba a los de a pie apretar el cinturón pero, de alguna manera, confiaba en que el dinero regalado a la banca pudiese revertir y evitar el colapso.

Pues nada de nada. La banca lavó, o maquilló, sus balances y “ya te veré”. Ahora resulta que no puede asumir el riesgo sin ayuda del Gobierno.

Esto es una jugada que España no debe admitir y que, fundamentalmente el Gobierno, tiene que desmontar. El dinero de todos los españoles no puede destinarse a las empresas que más ganan del país. El dinero que cuesta sangre, sudor y lágrimas a los españoles no puede ir a engrosar las arcas de los más poderosos.

El Gobierno debe tomar medidas urgentes y drásticas y debe poner a quien corresponda en su sitio. Claro, todo esto si es que puede hacerlo. Si es que no le tienen agarrado por semejante lugar.

Tengo para mí que a España se la sigue mintiendo. La miente el Gobierno, la miente la banca, y al pueblo sólo le queda el recurso de mentarles la madre.

Hay recursos. Los hay negociables y los hay drásticos. Pero ante una coyuntura como la actual, ante un chantaje tan al estilo mafia, puede haber soluciones y rápidas.

Si la banca privada no responde, si está en “bancarrota” o no se conforma con lo que gana, siempre, por el bien del pueblo, existe el recurso de la nacionalización.

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